La noción de que la derrota en las presidenciales es una posibilidad cierta ya está instalada en lo más alto de Cambiemos, que ingresó en un frenético brainstorming a la búsqueda del conejo en la galera que salve las papas electorales. A las permutaciones alquímicas entre las posibles candidaturas y los planes económicos trasnochados que intentan darle a la lánguida economía una pizca de energía vital, ahora se suma el intento, nada sutil, de meter mano en reglamentaciones electorales para bloquear las chances opositoras de cada a octubre y noviembre.
En ese sentido, el gobierno prepara dos decretos que bloqueen la chance de alianzas entre diversos sectores del peronismo. La idea, que nació en La Plata y se sustancia en Casa Rosada, es prevenir que dos o más espacios con sus respectivos candidatos a Presidente tributen a una sola fórmula para la gobernación de la provincia de Buenos Aires. De esta forma, quedaría trunca la idea que surgió del bloque de intendentes del PJ en el conurbano, sedujo a Sergio Massa, era vista con buenos ojos desde el Instituto Patria y que, de concretarse, pone en jaque el triunfo de María Eugenia Vidal o quien fuere su delfín.
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La maniobra craneada por la oposición se sustenta en el antecedente de Gerardo Morales en Jujuy en 2015, cuando su boleta fue atada a las de Mauricio Macri, Sergio Massa y Margarita Stolbizer. En su momento, la decisión del entonces candidato radical fue cuestionada ante la Justicia y terminó siendo aprobada por la cámara electoral. En las usinas peronistas consideran que ese precedente puede aplicarse a las elecciones bonaerenses de este año y negociaban en ese sentido hasta que el gobierno decidió primerear con un decreto reglamentario de la ley electoral que prohíba esa posibilidad.
El plan original era avanzar con las negociaciones en secreto hasta cerrar las listas, para evitar que el oficialismo reaccionara poniendo obstáculos en la rueda. En el PJ culpan a Massa por haber ventilado el asunto antes de tiempo. “El problema es que Sergio salió a hablar antes de tiempo para tratar de contener a un par de intendentes que se le estaban poniendo ansiosos”, comentan en Matheu 130, donde ya planean la presentación ante la justicia electoral que anule la jugada del gobierno. Está fresco el antecedente de los tres decretos sobre escrutinio publicados en enero y que la cámara ya dejó sin efecto.
En la Casa Rosada, en tanto, trabajan en el articulado de la reglamentación que elimine la posibilidad de plantear colectoras. La letra estará basada en la ley de reforma política que obtuvo media sanción en la cámara baja en 2016 y luego quedó empantanada en el Senado. Por las dudas, también prohibirán los acuerdos de adhesión entre distintos espacios entre la PASO y las generales. Según confirmaron fuentes oficiales a El Destape, los decretos formarán parte del llamado oficial a elecciones que dictará el Presidente a mediados de mayo.