Cambiemos lanzó la campaña: miedo, odio y un nuevo candidato

04 de diciembre, 2018 | 15.13

La campaña 2019 ya empezó. El decreto del Ministerio de Seguridad que intenta legalizar el gatillo fácil es uno más de los pasos que está dando Cambiemos para retener el poder el año próximo, a pesar del desastre económico y social que generó con su política de concentración salvaje de la riqueza. Los tres pasos que aconsejó Jaime Duran Barba para ganar elecciones gobernando para unos pocos en detrimento de la mayoría son echarle la culpa a otro, utilizar el miedo como estrategia de campaña y, si esto no alcanza, cambiar de candidato e incluir a un peronista en la fórmula.

1- Echarle la culpa a otro: Hasta hace poco tiempo todos los cañones apuntaban a Cristina, sus presuntos casos de corrupción y la herencia del populismo. Pero el escaso impacto en la imagen de la ex presidenta que tuvo la causa de las fotocopias de los cuadernos impulsó al gobierno a sumar presión sobre otros “culpables”: sindicalistas, abogados laboralistas y organizaciones sociales, entre otros, cayeron en la volteada.

2- Apelar al miedo como estrategia de campaña: Bolsonaro le prometió a la clase media urbana que la policía iba a matar a cualquiera que encontrara delinquiendo. No dijo encarcelar; dijo matar: un concepto fácil de entender e impactante. A los habitantes de las favelas les prometió matar a los narcos. Cambiemos va por más y apunta a todos los miedos y todos los prejuicios: el que despierta el ladrón, pero también el que siente buena parte de la sociedad por el inmigrante, el villero, el “planero”, el trans y otros a los que quiere lejos. El miedo y el odio al otro, emociones primarias más fuertes que la bronca por el mal momento económico, son puestas en juego para someter a las mayorías.

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3- Cambiar el candidato: Si con las dos estrategias anteriores no es suficiente para reelegir a Macri, la derecha en general y buena parte de Cambiemos en particular se preparan para reemplazar al candidato e incluso para explorar nuevas alianzas. A diferencia de los partidos tradicionales en los que a nadie se le ocurriría discutir al líder y menos si viene ganando elecciones desde 2007, en Cambiemos no está decidido el candidato. Una fuente muy cercana a María Eugenia Vidal le dijo a El Destape “creo que todo va a ir bien y el candidato va a ser Macri. Si la economía no mejora y Mauricio sigue muy abajo, en marzo nos sentaremos y decidiremos quién va”. Cerca de Rodríguez Larreta el discurso es el mismo. Incluso en la Casa Rosada se comienza a especular con una alianza con parte del peronismo que lleve la fórmula Vidal presidenta y Juan Manuel Urtubey vice, aunque este asegura que será candidato a presidente por el PJ.

Con una caída de los ingresos de los trabajadores y el sector pasivo del 25% promedio en 2018 y un 2019 que no promete mejora, la derecha se prepara para quedarse por las buenas o por las malas. El anuncio de Patricia Bullrich de legalizar la pena de muerte y que el juez sea un policía es una de las malas, pero no la única ni la última. Las medidas contra los humildes, los morochos, los inmigrantes, los manifestantes en reclamos callejeros y otros que despierten las emociones más bajas de parte de la sociedad seguirán. Y si no son suficientes, el poder económico buscará a algún candidato con menos desgaste para que lo represente en el poder y siga beneficiándolo.

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