La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich sostuvo el domingo por la noche que hay "violencia política", y afirmó que al Gobierno le "preocupa" que grupos opositores "quieran generar una ingobernabilidad cuando no pudieron con marchas ridículas".
También admitió cuestionó la denominada "semana de agitación" que fue convocada, con autor anónimo, por las redes sociales, en el marco de los reclamos por la aparición de Santiago Maldonado.
En ese sentido, según informó la agencia de noticias NA, autoridades de las distintas fuerzas de seguridad nacional, porteña y bonaerense decidieron en las últimas horas extremar las medidas ante posibles ataques de grupos anarquistas y radicalizados en lo que ellos denominan "semana de agitación" y cuyo fin tendría como "blanco" atacar a los uniformados.
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Los jefes de las policías Federal, Ciudad y Bonaerense y de fuerzas como Gendarmería Nacional y Prefectura Naval dieron recomendaciones a sus subordinados a partir de un informe de inteligencia, tras captar comunicaciones en las que se indicaba que ciertos grupos iban a "pasar de la fase 1, de atacar edificios públicos a la fase 2 y a partir de este momento la prioridad es atacar a los individuos", informó NA.
En ese sentido, según el dato, puntualiza que estos grupos "con la excusa de reclamar por la aparición de Santiago Maldonado" busquen "atacar a la policía para sacarles el armamento, los equipos de comunicación o secuestrarlos" y así forzar una reacción policial que derive en caos".
Entre las medidas, están los controles de personas y de vehículos en edificios públicos y en lugares pertenecientes a las fuerzas de seguridad, buscar que los efectivos eviten ir a tomar servicio o salir del mismo uniformados y que en lo posible busquen la posibilidad de moverse en grupos de tres o cuatro para poder detectar alguna irregularidad ante la ausencia de alguno de ellos.
También se recomendó el rápido aviso a grupos especializados si se detectan aparatos sospechosos o sufren algún intento de ataque.
Asimismo, evalúan, de ser necesario, la convocatoria total o parcial de los miembros de las fuerzas de seguridad, como si fuera un acuartelamiento o semiacuartelamiento, decidido por los jefes.