La decisión, adoptada por el juez David Richards ante un reclamo del magnate George Soros y otros eurobonistas, indicó que los títulos argentinos emitidos al canjear deuda bajo ley del Reino Unido no pueden ser afectados por el fallo del magistrado estadounidense, Thomas Griesa.
De esa manera los acreedores podrán reclamar el pago que el Gobierno había depositado en junio en el Bank of New York Mellon (BONY), entidad que, por orden de Griesa, inmovilizó, lo que determinó el "default técnico" del país.
"Nuestros clientes estaban profundamente preocupados porque sus legítimos intereses bajo la ley inglesa de propiedad en torno a los pagos no habían sido tenidos en cuenta en el caso bajo examen ante la justicia de Estados Unidos", agregó la firma.
De esa manera los acreedores podrán reclamar el pago que el Gobierno había depositado en junio en el Bank of New York Mellon (BONY), entidad que, por orden de Griesa, inmovilizó, lo que determinó el "default técnico" del país.
Entre los litigantes están Quantum Partners, de Soros, y los fondos Knighthead Master Fund LP, RGY Investments LLC y Hayman Capital Master Fund LP. Tras la decisión del juez Richards a cargo de la sala 13 en la causa identificada como "HC14B03236 Knighthead Master Fund LP & otros v. The Bank od New York Mellon & otros", el estudio de abogados Reynolds, Porter y Chamberlain (RPC) emitió un comunicado a través del cual expresó su "satisfacción".
"Nuestros clientes estaban profundamente preocupados porque sus legítimos intereses bajo la ley inglesa de propiedad en torno a los pagos no habían sido tenidos en cuenta en el caso bajo examen ante la justicia de Estados Unidos", agregó la firma.
Los acreedores europeos habían pedido en EE.UU. que se establezca que sus papeles están fuera del fallo original de 2012, habilitando así a que el BoNY depositara el dinero en sus cuentas. Sin embargo, a fines de noviembre, Griesa descartó esa opción y preparó el terreno para el choque con la justicia inglesa, a donde recurrieron los acreedores al ver complicada su situación en el tribunal de Nueva York.
A la par del movimiento del juez estadounidense, los holdouts avisaron al juez británico que no iban a participar en ninguna audiencia ni pretendían validar su intervención en el caso. Así, desde los dos costados intentaron sacarle peso a lo que hoy finalmente se decidió en Londres.
La reacción se generó por la confianza que mostraron los tenedores de bonos reestructurados, quienes dieron a entender que estaban seguros de que iban a conseguir un fallo a su favor y pidieron que se respeten los tiempos de la justicia inglesa, que finalmente les dio la razón.