La fiscalía de Brasil pidió que el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva tenga un régimen semiabierto que le permita cumplir la pena en su casa, después de que un tribunal superior rebajara los años de su condena de doce años a ocho y diez meses por una causa de corrupción vinculada al Lava Jato. La viceprocuradora general de la República, Aurea Nogueira, fue quien elevó la solicitud al Superior Tribunal de Justicia (STJ), máxima corte penal.
De concretarse esta petición, el dirigente del Partido de los Trabajadores podría salir de prisión durante el día y estar en el penal durante las noches y fines de semana.
El ex mandatario brasilero está detenido desde el 7 de abril de 2018 en Curitiba, estado fronterizo con la provincia de Misiones, por corrupción. Así lo sentenció el ex juez Sérgio Moro, quien es el actual ministro de Justicia de Jair Bolsonaro. Según su resolución, Lula fue culpable de haber recibido un departamento como parte de los sobornos que la empresa constructora OAS le pagó al PT.
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Esta sentencia fue tomada como una persecución política ya que nunca se pudo probar que ese departamento fuera de su pertenencia. El domingo hubo un masivo festival en San Pablo, del que participaron más de 80 mil personas para exigir la libertad de su ex presidente.