El jefe de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, aceptó tratar el pedido de juicio político contra la presidenta de aquel país, Dilma Rousseff, por adulteración de las cuentas públicas.
"Es autorizar la apertura, no dar un juicio de mérito; será la comisión especial que podrá acoger o rechazar", afirmó Cunha en referencia al pedido de juicio político. La decisión de este legislador evangélico deberá ahora ser analizada por una comisión de diputados.
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Si los legisladores votan a favor, será votada en el plenario de la Cámara baja. Con 342 aprobaciones del total de 513 diputados, Rousseff puede ser apartada de su cargo a poco de haber asumido su segundo mandato el 1 de enero pasado.
Los partidos de la oposición que buscan que Rousseff abandone el cargo presentaron el pedido en septiembre. Acusan a la presidenta de violar las leyes fiscales del país y manipular las finanzas públicas para lograr la reelección el año pasado.
"No hago esto con ninguna felicidad, sé que es un gesto delicado en un momento en que el país atraviesa una situación difícil", añadió Cunha. La declaración de este legislador apunta a la crisis económica que azota a Brasil, ante una recesión del 1,7% en el tercer trimestre de 2015 y un acumulado de 4,5% en los últimos doce meses.