El ministro de Hacienda de Brasil, Joaquim Levy, defendió las medidas de ajuste fiscal anunciadas por el gobierno. Argumentó que volver a equilibrar las cuentas públicas "es crucial" para preservar los logros alcanzados "en el campo de la inclusión social". Pero el Congreso amenazó con poner más límites al Ejecutivo para las reducciones del gasto público.
Levy consideró que Brasil está preparado para superar los desafíos de la actual coyuntura económica, "teniendo la disciplina fiscal y la estabilidad de precios como valores indispensables para la sustentación del crecimiento y la búsqueda de una sociedad más justa y abierta". El mensaje fue divulgado junto con el Plan Anual de Financiamiento 2015 del Tesoro Nacional en momentos en que en el Congreso legisladores aliados al gobierno se movilizan contra las medidas de austeridad propuestas por la presidenta, Dilma Rousseff, y otro grupo opositor propone limitar la capacidad del Ejecutivo en recortes de gastos.
El funcionario defendió el ajuste y señaló que el equilibrio de las cuentas públicas será esencial "para el desarrollo del crédito, el incremento del ahorro doméstico y la creación de oportunidades para los trabajadores".
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
El Plan Anual de Financiamiento 2015 no contempla emisiones de deuda para empresas públicas, una medida considerada fundamental para garantizar el cumplimiento de la meta de superávit primario.
La deuda pública de Brasil totalizó 2.296 billones de reales a fin del 2014 y el Tesoro tiene como meta cerrar el 2015 con una deuda de hasta 2.600 billones, manteniendo prácticamente sin cambios su actual perfil.
En este contexto, la Cámara de Diputados aprobó ayer una ley que impide al gobierno recortar o aplazar el desembolso de partidas presupuestarias para proyectos propuestos por la legislatura. Además, hoy amenazó con limitar aún más la capacidad del Ejecutivo de reducir el gasto público.
La aprobación de la ley supuso una nueva derrota en el Congreso para Rousseff, que rechazaba la iniciativa y cuyo gobierno impulsa el fuerte ajuste fiscal para reducir gastos y sanear cuentas públicas. "Pretendemos, aún en esta legislatura, extender el Presupuesto Impositivo a las enmiendas de los grupos parlamentarios", aseguró el presidente de la Cámara baja, el diputado Eduardo Cunha, al celebrar la enmienda constitucional aprobada anoche.
La enmienda que instituye el llamado Presupuesto Impositivo, aprobada por 452 votos a favor y 18 en contra, obliga al gobierno a liberar los recursos públicos destinados a proyectos que los parlamentarios tienen derecho a incluir en el Presupuesto anual del gobierno. El presidente de la Cámara baja consideró que esta ley no se puede limitar a las partidas presupuestarias individuales de los congresistas y tiene que extenderse a las propuestas de los grupos parlamentarios. Como la enmienda constitucional ya había sido aprobada en primera votación en la Cámara de Diputados, y en dos en el Senado, sólo necesita ser promulgada por el Congreso para entrar en vigor.
Según Cunha, con el Presupuesto Impositivo, el gobierno ya no podrá condicionar la liberación de recursos para proyectos de los legisladores a que los mismos aprueben proyectos de ley presentados por el Ejecutivo. "No eran prácticas sólo de este gobierno. Todos los gobiernos hicieron eso. Ahora esa práctica se acaba. Los parlamentarios ya no serán rehenes de la liberación de los recursos", afirmó el presidente de la Cámara baja.
Por otro lado, el senador opositor Aécio Neves, candidato a la presidencia en las elecciones del año pasado, dijo que no ve "hoy elementos jurídicos o políticos para un pedido de impeachment (juicio político)", pero defendió el derecho de sus colegas a referirse al tema. "Desconocer que hay un sentimiento de gran indignación en la sociedad es desconocer la realidad", dijo en una entrevista con Folha de Sao Paulo.
Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aludió al líder de su agrupación en el Senado, Cassio Cunha, quien, en una discusión con el senador del Partido de los Trabajadores Lindbergh Farias, calificó como legitima la discusión. "No está en la pauta de nuestro partido, pero no es delito hablar sobre el tema, como hizo el senador Cassio Cunha Lima", aseveró.
Ante la caída abrupta de la popularidad del gobierno, Rousseff está dispuesta a escuchar los consejos de una dupla que la ayudó en horas difíciles: el publicista Joao Santana, su gurú de imagen, y el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El encuentro con Santana ya está agendado para el próximo viernes, mientras que la reunión con Lula sólo depende de una sincronía de compromisos. A partir de estos diálogos, la presidenta definirá una estrategia de divulgación de los actos del gobierno. En la reunión se prevé que Rousseff discuta la estrategia para divulgar el paquete anticorrupción que está siendo elaborado por el gobierno.
En Brasil esta semana está atravesada por los feriados de Carnaval que movilizan a millones de personas dentro del país. Por ello, fuentes del gobierno adelantaron que la presidenta tiene previsto anunciar medidas la próxima semana, mientras que el Congreso debatirá los primeros pasos de la Comisión de Investigación creada la semana pasada por el caso de corrupción que salpica a la petrolera Petrobras.