Su imagen emocionó a todos. La mujer en el balcón que veía pasar la marcha del 8M mientras se secaba las lágrimas. Beatriz se veía a sí misma en los rostros de cada mujer que había salido a la calle a pelear por sus derechos.
"Yo fui una mujer muy golpeada. Tengo cicatrices que no se han borrado", cuenta Beatriz en la mesa de un bar mientras recuerda cuando su entonces marido la maltrataba. "Después de que me pude liberar de ese hombre golpeador cambió mi vida. Nadie me dice lo que tengo que hacer", agrega.
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En un trabajo realizado por UniTV, el canal de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Beatriz contó su historia.
"Somos muchas pero tenemos que ser muchas más. Vamos a poder vencer", dice convencida esa mujer de 84 años, abuela de 5 nietos y bisabuela de 6 que no se rinde.
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