En su próxima reunión de directorio, el Banco Nación le marcará la cancha al resto de las entidades y bajará la tasa de financiación de las tarjetas de crédito. La reducción sería de 18 puntos porcentuales, con lo cual se espera una reacción similar en el sector privado.
De esta manera, la tasa nominal anual (TNA) pasará del 67% al 49%, y el costo financiero total (CFT) pasará a ser del 78,5%, contra el 150% promedio que fijan los bancos privados. La medida alcanzará a los 2 millones de tarjetas Visa y MasterCard que el Nación tiene distribuidas entre sus clientes.
Hace algunos días, el propio presidente, Alberto Fernández, había hecho una fuerte crítica en trono a este tema en particular: “Yo me fui de viaje y me dijeron que estaban revisando tres cosas que le pedí: crédito para el consumo, para las pymes y tasas reales para las tarjetas de crédito. Y si no lo hacen convenceré al presidente del Banco Central para que intervenga. No se pueden cobrar esas tasas para quien abona el pago mínimo. Estoy esperando, me queda esperanza”.
Según la norma actual, todas las tasas de interés pueden ser fijadas libremente, a excepción de las tasas para aplicar a la refinanciación de saldos de tarjetas de crédito, que no pueden superar en más de un 25% la tasa de préstamos personales cobrada por el mismo banco.
Para las entidades que ofrezcan tarjetas pero no préstamos personales, la tasa a partir de la cual puede sumarse ese 25% es el promedio del sistema para los préstamos personales, y es publicada cada mes por el Banco Central.