El ex titular de la Unidad Especial de investigación del atentado, Mario Cimadevilla, realizó denuncias contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, su ex jefe de Gabinete y otros nueve funcionarios por “entorpecer la tarea de la querella tratando de buscar algún favoritismo para alguno de los acusados” en la causa AMIA.
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En el escrito de Cimadevilla, un ex diputado radical que fue nombrado en su puesto por el propio Mauricio Macri, se detalla cómo Garavano presionó y modificó la conformación de la querella del Estado para requerir la absolución de los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, quienes se encontraban acusados de peculado, coacción y privación ilegal de la libertad.
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Esta nueva interna se suma a la que ya planteó Elisa Carrió en el tema, quien ya determinó que llevará el tema a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por parte de los familiares de las víctimas del atentado.
"La intención del ministro Garavano siempre fue tener el control absoluto de la querella de la Unidad Especial de Investigación” y que “violentó compromisos asumidos por la República Argentina en el orden internacional y por ende comprometió la responsabilidad internacional del Estado Nacional”, justificó en su escrito Cimadevilla.
"Garavano impartía directivas al equipo de abogados, que se habrían exteriorizado en indicaciones tales como ‘no preguntar tanto’, ‘bajar el perfil’, ‘descansar más en el trabajo de la Fiscalía’ y, sobre todo, ‘mostrarse más distantes de las querellas, especialmente de Memoria Activa’".
Cimadevilla aseguró que la decisión de la totalidad de los integrantes del equipo era “la de acusar a todas de las personas sometidas a proceso, en función de la contundencia de la prueba producida en el curso del debate”.