El pasillo es un estrecho desfiladero; los equipos de aire acondicionado están situados contra una larga pared y hay sobre el lado opuesto una suerte de barral de protección, por el que se desplazan -por ejemplo- los técnicos que son convocados a reparar los equipos de refrigeración.
En uno y otro extremo hay pequeñas puertas metálicas, que los investigadores tratan de determinar de qué manera -si es que había alguna- se podían cerrar y trabar por dentro.
En ese pasadizo, los investigadores detectaron una pisada de apariencia reciente en el piso, y sobre el barral de protección una huella digital.
En tanto, hoy el cerrajero acudió al departamento del piso 13 del edificio Le Parc, de Puerto Madero, donde vivía el fiscal aseguró que siempre estuvo junto con el jefe de bomberos y la madre del fiscal y aclaró que la única puerta que revisó fue la de servicio, la cual estaba abierta.
Al respecto, explicó a la prensa al salir de declarar ante la fiscal Viviana Fein que la puerta de servicio "estaba abierta", es decir, sin trabar pero "tenía la llave puesta". "Lo que hice fue tirar la llave con un alambre y lograr abrirla con la llave que me prestó la madre", afirmó en medio de una maraña de periodistas que lo buscaban.
Señaló que nunca revisó la puerta principal del departamento, la cual según le dijeron en ese momento, "tenía una traba" y por eso le pidieron desbloquear el acceso de servicio. "La puerta estaba abierta, cualquiera lo podría haber hecho", recalcó.