La jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado reclamó hoy a la Corte Suprema de Justicia que "ponga las cosas en su lugar" en el marco de la causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman, tras ocho meses del hecho, y denunció que ella y sus hijas fueron víctimas de tareas de "inteligencia" sobre sus "movimientos".
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Arroyo Salgado cuestionó a aquellos que dijeron que su representación en la querella era para cobrar los seguros de su ex marido, por lo cual indicó: "Los cobré en agosto, 1.600 pesos por cada chica (por sus hijas), no me alcanzaba para las sesiones de psicología, y el otro seguro fue de 22 mil pesos".
En diálogo con radio Mitre, la magistrada afirmó: "Pido a la Corte que ponga las cosas en su lugar, hemos agotado todas las instancias anteriores".
Además, la ex de Nisman reiteró que el fiscal fue víctima de un "homicidio", al considerar que es "una prueba concluyente y científica" la comprobación que la pistola Bersa calibre 22 de la que salió el disparo que lo mató, deja rastros de pólvora en la mano de quien aprieta el gatillo.
La magistrada sostuvo que "en el 100 por ciento de los casos, el disparo de la Bersa calibre 22 con esa munición deja rastros en las manos de quien ejecutó el disparo".
"Esto es acá y en la luna", expresó Salgado, luego de que trascendiera la pericia sobre el arma del caso Nisman, que se hizo en la provincia de Salta, por lo cual agregó: "Tenemos muchas pruebas de que esto es un homicidio y casi ninguna de que fue un suicidio"
"Para la fiscal, Nisman se disparó con guantes, después de muerto se los sacó y los tiró por la ventana",