Arrancó la campaña: poner en cuestión las PASO

Desde su nacimiento, las PASO siempre tienen su momento de centralidad en el debate político de cada año electoral.

29 de junio, 2019 | 21.50

A partir del debate sobre la reforma política en el año 2009, las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (P.A.S.O) siempre fueron objeto de debate en cada contienda electoral. La semana anterior, la UCR presentó un proyecto para suspender las P.A.S.O bajo el argumento de que son muy costosas y nuevamente reavivaron el debate. 

Desde la oposición respondieron que la preocupación del oficialismo no es el costo económico sino los efectos de estas de cara a las generales de octubre, que si ese fuera el argumento no hubieran desdoblado en las elecciones provinciales o que el costo es insignificante si se lo compara con la fuga de divisas.  Lo cierto es que finalmente dentro de la misma coalición oficialista se opusieron a este nuevo intento de derogar las PASO, inclusive Martín Lousteau y Miguel Ángel Pichetto, argumentando que las reglas “están para cumplirlas”. Por otra parte era evidente que por vía legislativa sería difícil conseguir el consenso necesario a menos de 2 meses de la contienda y además la justicia electoral no se vería muy entusiasmada. 

Denominada Ley de Democratización de la Representación Política, la transparencia y la equidad electoral la Ley 27.571 se presentaba en un contexto heredado de la crisis de representación de 2001 de la cual los partidos políticos no podían recuperarse, estaban deslegitimados o atomizados sin base representativa. La iniciativa suscitó un amplio debate donde todo el arco político se comprometió a dar la discusión, participaron instituciones académicas y diferentes organizaciones no gubernamentales. Los objetivos explícitos de la Ley buscaban ordenar la oferta electoral, promover la democratización alentando la competencia interna, darle previsibilidad al calendario electoral, promoviendo coaliciones y eliminar listas espejo o partidos “flash”; también buscaba democratizar los espacios de difusión para generar más igualdad política entre las distintas organizaciones. Para ello proponía un umbral del 1,5% (que aún se sostiene) como piso de votos para poder participar en elecciones generales. Quienes no apoyaban el proyecto tildaban a la Ley de proscriptiva, desgastante y divisoria, perjudicando principalmente a los partidos pequeños y restableciendo el bipartidismo. 

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Carlos Varetto, doctor en ciencias políticas por la Universidad de San Martín, resaltó el factor que trajeron aparejadas las P.A.S.O y sostuvo que “nacieron junto a la Ley de financiamiento que implicó un nivel de involucramiento público más rotundo a partir del Estado y que sobre todo algo que estuvo en agenda varias veces y que tiene que ver con limitar el aporte privado”. Al consultar sobre el vínculo que la ciudadanía tiene con esta instancia electoral Varetto afirmó que “en términos de, por ejemplo, asistir a votar dos o tres veces al año puede ser un ejercicio que para un votante medio puede ser excesivo. “La verdad que la gente en general no está superpolitizada, twitter no es la vida real. De todos modos creo que las PASO cumplieron una función de parecer que el juego se abría y creo que eso generó alguna idea de que ahora parece ser que decidimos algo”, añadió.

Los mercados no es que son kirchneristas o antikirchneristas sino que son antiincertidumbre

Con respecto a la coyuntura actual Varetto no cree que las PASO a esta altura pueden derogarse o suspenderse y que es algo más para instalar en la opinión pública. Además planteó que no pueden cambiarse las reglas del juego cuando los escenarios fueron planteandose bajo esas reglas. “Vos podes decir que todavía no se ejecutaron y algunos no compiten pero cuando o Massa negociaba con Alberto Fernandez o cuando Macri negociaba con Cornejo, negociaban sobre esas reglas del juego”. En ese sentido señaló que “los actores hicieron negociaciones  con unas reglas del juego que no contarían, entonces se transformaría es un problema de institucionalidad”. Finalmente dijo que “en términos institucionales poner en duda cualquier cosa ahora siempre es riesgoso porque hacer una elección tiene costos y tiene tiempo y tiene un montón de engranajes a funcionar que están lanzados” 

Además puso en duda el argumento de que de suspender las PASO habría un ahorro de 4500 millones de pesos dado “eso se ahorraría si no hicieras la elección porque eso es lo presupuestado para la elección nacional”.  Suspenderlas no implica que de todos modos no tengan que abrir mesas para todos los distritos donde sí hay competencia a nivel de diputados, a nivel de legisladores provinciales, a nivel de intendentes.

Para Varetto esta iniciativa de un sector del oficialismo tiene que ver con que el Gobierno no quiere recibir un revés electoral y un revés en el mercado sufriendo otra corrida cambiaria lo cuál reduciría seriamente sus chances de reelección. Al respecto dijo que “probablemente si tienen malos resultados sería una profecía autocumplida y los mercados reaccionen mal. Sin embargo, reaccionen bien o mal, la incertidumbre, según aseguró el académico, va a perdurar pase lo que pase en las PASO dado que el escenario no lo definen esas elecciones sino las generales. “Los mercados no es que son kirchneristas o antikirchneristas sino que son antiincertidumbre”, afirmó.

El tema recuperó centralidad con el objetivo de desviar los problemas económicos (la semana anterior se conocieron los números alarmantes de desempleo). No hablar de economía, como asegura Durán Barba, hablar de supuestos gastos innecesarios. Transformar la política en un gasto.