La inflación llegó en el 2018 al 47,8% y el Gobierno volvió a fracasar en su promesa de campaña de llevar el índice a un solo dígito. Tras la confirmación del Indec de que el alza de precios volvió a ganarle al aumento salarial, es bueno recordar las frases que decía el presidente Mauricio Macri en plena campaña presidencia y cuando era jefe de Gobierno en la Ciudad.
Antes de llegar al Gobierno, durante el 2013, para el mandatario “el índice de inflación del gobierno nacional simboliza lo trucho como cultura y como forma de gobernar” mientras que en enero del 2014, advertía que “con este nivel de inflación la economía no tiene futuro, y es producto de una mala administración”.
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Previo a ese descargo, en abril del 2011, el entonces jefe de Gobierno de la ciudad subrayaba que su “único límite son los que no quieren ocuparse de la inseguridad, la desocupación y la lucha contra la inflación”. En 2012, endurecía su discurso sobre la alza de precios al catalogarlo como “el principal enemigo de la Argentina, una estafa permanente que erosiona el esfuerzo de los trabajadores y las familias”.
“Vemos un gobierno que sigue negando los problemas de fondo, como la inflación o la inseguridad, en lugar de reconocerlos y resolverlos”, se quejaba Macri en enero del 2014 y en el mismo momento aclaraba: “Cuando presenten un plan para resolver la inflación vamos a empezar a hablar de cómo producir más y mejor y no de cuánto está el dólar”.
“Las demandas de la gente son parar la inflación, seguridad y empleo. No la reforma constitucional y la re re que plantea el kirchnerismo”, protestaba Macri en el mismo año, a su vez, que sentenciaba: “Cuando gana la inflación, pierde la gente".
Varios son los tuits que hay en su cuenta en los que hace referencia a la inflación durante el Gobierno de Cristina Kirchner. Asimismo, durante la campaña de 2015, se había comprometido a “bajar la inflación a un dígito, combatir el trabajo en negro y reformar el Impuesto a las Ganancias” pero en tres años de gestión, no pudo cumplir con ninguna.
También, se mostró en contra de la devalución ya que consideraba, en ese momento, que “no era la solución” y ratificaba su fe: “Creo en bajar la inflación”.
Antes de asumir, comenzó con la excusa de la pesada herencia y adelantando que lo de bajar la inflación a un dígito estaba fuera de su alcanza, argumentó: “Heredamos una inflación que daña especialmente a quienes menos tienen y estamos trabajando para llevarla en 2016 y 2017 a un solo dígito”.
En el primer año de gestión, el mandatario destacaba que su administración había “avanzado mucho en el sinceramiento de la economía” mientras la inflación llegaba al 40% y pronosticaba que el índice seguiría “bajando y el país iba a crecer sobre el final del año”. Nada de eso ocurrió.
En el 2017, en plena campaña legislativa, Macri enfatizó: “Los gobiernos anteriores fomentaron la inflación y la quisieron esconder. Nosotros la enfrentamos y hoy está en un claro camino descendente” y pronosticó de cara al 2018 que “va a ser más baja que la de los años anteriores” pero tampoco ocurrió.
Atrás quedó la promesa de llevar la inflación a un solo dígito y las estimaciones de que la suba no iba a superar el 19% en el 2018. Para este año, el Gobierno se vuelve a aventurar en estimaciones poco certeras y afirman que la inflación llegará a 23% pero el Banco Central lo contradice y apunta a un índice inflacionario del 30%.