El Gobierno decidió la "liberación" del precio de los combustibles desde el 1 de octubre. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, le dio a las petroleras el poder de decidir el incremento de las naftas.
El combustible local venía atado a un acuerdo entre la industria y las provincias, con supervisión del Gobierno Nacional. A partir del 1 de octubre ese pacto perderá la obligación de ser aplicado y cada empresa podrá establecer el precio que le parezca conveniente.
Aranguren, ex presidente de Shell Argentina, había adelantado que quería dar de baja ese convenio. En una nota fechada el 22 de septiembre, publicada por La Nación, comunicó que el cambio se consumará a partir del 1 de octubre.
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"Un aumento de los precios internacionales permitiría la liberación de los precios internos y de ese punto en adelante mantener la paridad con un funcionamiento pleno de la reglas de mercado", dice el documento de Energía.
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Las refinadoras establecían los precios en función de lo que pagaban por el petróleo crudo que le compraban a las productoras locales. Pero ahora quedarían liberadas de ese compromiso: podrán importar o comprar en el país, según les resulte más conveniente.