Con la firma del militante de Cambiemos e interventor del organismo que controla los puertos del país, Gonzalo Mórtola, se aprobó el Plan Maestro que establece la reducción del Puerto de Buenos Aires – el más grande y único federal de la Argentina-, la entrega del negociado a una sola empresa y la apertura un jugoso mercado inmobiliario en lo que será Puerto Madero II, destinado a la especulación.
El 27 de septiembre, la Administración General de Puertos (AGP) aprobó el documento por el cual se dio el paso formal para el avance del último meganegociado macrista. Como reveló El Destape el 16 de agosto, el objetivo es achicar el Puerto de Buenos Aires, actualmente operado por tres empresas, y entregarlo a una sola compañía. En ese proyecto, según aseguraron los trabajadores, pesó fuerte la influencia y la presión de Nicolás Caputo, el hermano del alma de Mauricio Macri, como cónsul de Singapur en nuestro país.
En ese proyecto se estableció la construcción de una isla sobre el Río de la Plata, lo que liberará terrenos para destinar, como extensión del actual Puerto Madero, al negocio inmobiliario, comercial y turístico.
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Ese plan encontró su formalidad hace seis días cuando, con la firma de Mórtola, se definió aprobar el Plan Maestro de Infraestructuras del Puerto de Buenos Aires. Según su texto, al que tuvo acceso El Destape, se determinaron lineamientos “relevantes del uso de suelo dentro de la jurisdicción portuaria”, para garantizar “condiciones adecuadas a la prestación de servicios a las cargas, los medios de transporte terrestre y los pasajeros, y mejorando la interacción puerto-ciudad”.
Pero, también, “como soporte financiero, transformando algunos predios de uso logístico-portuario a usos mixtos, que permitan la ejecución de proyectos de urbanización que generen recursos económicos propios”. Este último punto es lo que denominamos Puerto Madero II.
El mismo será posible gracias a la liberación de terrenos hoy ocupados por el puerto. Para ello, confirmaron en el Plan Maestro, “se prevé la construcción de una nueva terminal por sobre las obras de reforma en el espacio existente, ganando terrenos al río en la zona norte de la jurisdicción, disminuyendo la cantidad de operadores y aumentando las funciones de la Autoridad Portuaria, quien tendrá bajo su dominio y cargo todos los terrenos derivados de la nueva configuración portuaria para financiar la transformación que se pretende”.
Como contó este medio, la empresa española Indra diseñó – primero en 2016 y después en 2017 a pedido del Gobierno - un Puerto operado por una sola empresa. A ésto se suma la construcción de una isla sobre el Río de la Plata para trasladar el puerto. En las 27 hectáreas que quedarán libres, se desarrollará Distrito Puerto – o Puerto Madero II -.
Además, habrá una terminal de cruceros y un negoción para los amigos del poder, lo que beneficiará la especulación y perjudicará a los sectores medios y populares de la Ciudad, además de habilitar la entrega de tierras estatales a privados. El Destape accedió y reveló el proyecto realizado por la Secretaría de Planeamiento Urbano porteña y el Ministerio de Transporte de Guillermo Dietrich para diseñar este negociado.
Esta proyección cobró mayor entidad con el Plan Maestro que dio curso al diseño de concentración y negociado inmobiliario. Según denunciaron desde las terminales portuarias a este medio, el monopolio sobre el Puerto llevaría al país a perder control sobre el comercio nacional – ya que el 60% de los productos que ingresan al país lo hacen por el Puerto de Buenos Aires - y, en caso de quedar en manos de una compañía extranjera, soberanía.
Según el documento oficial, para el proyecto se tomaron en cuenta el plazo de vencimiento de las concesiones actuales – que se extendieron un año más -; la transformación de terminales polivalentes a exclusivas de contenedores y carga; configuración de muelles y dársenas; y la pérdida de eficiencia del puerto por la disposición actual de la infraestructura.
En base a estas variables, se argumentó que “el objetivo es generar condiciones óptimas tendientes a atender de forma eficiente el tráfico tanto de contenedores como de pasajeros, reordenando el uso del suelo para permitir un tránsito más fluido, para un mayor aprovechamiento de los recursos de modo de hacer autofinanciable el proyecto, respetando los principios de sostenibilidad ambiental”.
La transformación, además, “tiende a consolidar un movimiento hacia el norte de la actividad portuaria de carga, transformando paulatinamente sectores para la atención exclusiva de pasajeros y actividades conexas en el Sur de Puerto Norte bajo explotación de la AGP (Espigón 1 en un comienzo), utilizando el resto de los espigones al inicio de la concesión (zona que se llamará Terminal Interior) para luego avanzar con el relleno al norte del Sexto Espigón hacia el Este, conformándose en consecuencia una nueva terminal de contenedores, denominada Exterior, con un muelle corrido de al menos dos sitios de atraque para el buque de diseño”.
Con la retirada de Mauricio Macri de la Presidencia, la Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval de la República Argentina (FeMPINRA) convocó a una asamblea pública para el próximo martes ante la denuncia del PJ Nacional, encabezado por José Luis Gioja, sobre la posible avanzada, por decreto de necesidad y urgencia,del Ejecutivo para traspasar las tierras del Puerto de Buenos Aires, hoy nacionales, a la Ciudad. Es que el macrismo confía en poder mantener ese distrito bajo su órbita después del 10 de diciembre y ganar tiempo para completar la entrega millonaria.