Tres días después de ser vapuleado en las PASO y haber generado una mega devaluación, Mauricio Macri decidió aplicar políticas opuestas a las que llevó durante casi cuatro años y que generarán un gasto adicional a los autorizados por el FMI. Las medidas fiscales expansivas incluyen el reparto de montos extraordinarios para los trabajadores, con foco sobre quienes poseen sueldos más altos, para intentar convencer a parte del electorado predilecto del PRO.
El costo de este paquete para maquillar la crisis financiera hasta octubre será de $ 40.000 millones, de acuerdo a los cálculos preliminares de Alejandro Vanoli, ex presidente del Banco Central. Esto no incluye el congelamiento de los tarifazos que minutos más tarde añadió la ministra de Desarrollo Social.
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En un mensaje grabado desde la Quinta de Olivos, el Presidente anunció el aumento del 20% en el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias, lo que redundará en una mejora de bolsillo de hasta $ 2.000 por mes. Esta decisión será retroactiva, por lo que AFIP deberá armar un cronograma de devoluciones sobre los anticipos ya pagados.
El nuevo piso de este tributo será de $ 55.376 para un trabajador soltero y de $ 70.274 para uno con cónyuge y dos hijos. En el ejemplo que preparó el mandatario esto puede ascender a los $ 12.000 para una familia tipo casado con dos hijos con un salario bruto de $ 80.000 mensuales, un caso muy alejado de la realidad de la mayoría de los argentinos.
Este grupo es el más favorecido por las modificaciones de hoy, lo que devela la intencionalidad electoral de Macri. Procura así utilizar fondos del Estado para reforzar el voto de los 2 millones incluidos, la “clase media” enojada por la gestión, que generó casi cuatro millones de nuevos pobres y fustigó el poder adquisitivo del salario.
Además, a los empleados en blanco con salarios menores a $ 60.000 les eximirá durante septiembre y octubre los aportes personales, que representa el 11% del sueldo bruto. El tope para el beneficio ascenderá a $ 2.000 por mes.
Para los monotributistas quitará el componente impositivo de la cuota de septiembre, lo que equivale a $ 1.000 por persona. Quienes reciban asignación universal por hijo recibirán dos pagos extra de $ 1.000 por cada menor por dos meses.
Los empleados estatales, de las fuerzas armadas y fuerzas de seguridad federales recibirán a fin de agosto un bono de $ 5.000. Los estudiantes que reciben las Becas Progresar tendrán un 40% de aumento desde septiembre, lo que la subirá a tan sólo $ 2.520.
Por otra parte, la AFIP lanzará un plan para las PyMEs para financiar deudas vencidas por 10 años. Adicionalmente, Macri adelantó que convocará al Consejo del Salario para subir el mínimo vital y móvil y que congelará el precio de la nafta por 90 días.
El gasto fiscal de estas erogaciones extraordinarias suma cerca de $ 40.000 millones, lo que alejará al Gobierno aún más de la utopía del déficit cero que se comprometió el jefe de Estado ante el Fondo. Si bien el FMI le perdonó a Macri todos y cada una de los objetivos incumplidos a Cambiemos, puede ser diferente la posición ante un gobierno que perdió por 16 puntos que tome el estadounidense titular interino del organismo multilateral, David Lipton.