Desde la cárcel de Ezeiza, donde está preso, el exvicepresidente Amado Boudou apuntó contra el gobierno macrista y su "sistema de tortura psicológica y monetaria para direccionar causas", como ocurrió con el caso de Alejandro Vandenbroele, el testigo protegido arrepentido al que el Ministerio de Justicia, en su momento comandado por Germán Garavano, le puso un hotel boutique en Mendoza después de la detención del dirigente político.
"Lo de Vanderbroele demuestra que ni con sobornos podían probar nada de lo que nos inventaron. Está claro que hubo un sistema de tortura psicológica y monetaria para direccionar las causas", sostuvo en Cítrica Radio.
Como reveló El Destape, el Programa de Testigos Protegidos e Imputados le habilitó recursos económicos para establecer un emprendimiento de cabañas turísticas en Luján de Cuyo. Puntualmente, Carlos Linsalata, su nexo con el organismo de Justicia, pidió $1.500.000 para ese proyecto, "beneficios" que no reciben todos los que están dentro de ese sistema.
En la solicitada, que consta en el legajo de Vandenbroele, Linsalata argumentó: “Cabe destacar que el día 07 de Agosto pasado fueron condenados a prisión con cumplimiento efectivo por más de 5 años el Ex Vicepresidente de la República Argentina el Sr. Amado Boudou”.
Además, el exvicepresidente analizó la coyuntura actual y se refirió al aumento que el gobierno de Alberto Fernández le otorgó a jubilados, pensionados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo mediante decreto. Boudou aseguró que la gestión "está demostrando que se pueden hacer cosas potentes" y agregó que "hay que derogar la Pensión Universal Para el Adulto Mayor y reponer la moratoria" para que más trabajadores pasivos puedan tener sus haberes.
Sin embargo, el contexto económico no es favorable, particularmente por la renegociación de la deuda histórica contraída con el Fondo Monetario Internacional. Organismo que, según el dirigente le "está tomando el pelo" a la Argentina. "Son peores que Groucho Marx, porque te aplican un reglamento internacional, y cuando no les conviene, te aplican otro", sostuvo.
Esta última referencia fue hecha en base al pedido de la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien solicitó una quita de deuda ya que el organismo crediticio incumplió con su estatuto al prestarle US$44.000 millones al gobierno de Macri para financiar la fuga de capitales. Ésto fue desmentido por el vocero del FMI, Gerry Rice, aunque fue apoyado por Alberto Fernández. Pese a ello, la titular del Fondo, Kirstalina Georgieva, manifestó que no habrá una reducción en el monto que debe devolver el país.