10 de noviembre, 2019 | 22.43

Alerta en Bolivia por la posible detención ilegal de Evo Morales

Tras el golpe de Estado y la renuncia del presidente, la policía y los grupos de choque opositores realizan una cacería contra los dirigentes del Movimiento al Socialismo.

Tras el violento golpe de Estado en Bolivia, las fuerzas de seguridad y los grupos de choque opositores comenzaron una cacería de dirigentes del Movimiento al Socialismo que podría culminar con la detención ilegal del mandatario Evo Morales, quien ya había presentado su renuncia y la de todo su gabinete durante la tarde. 

Luego de las alertas emitidas por la ministra de Salud boliviana, Gabriela Montaño, fue el propio Evo Morales quien denunció públicamente a través de sus redes sociales que las fuerzas de seguridad buscan capturarlo. "Denuncio ante el mundo y pueblo boliviano que un oficial de la policía anunció públicamente que tiene instrucción de ejecutar una orden de aprehensión ilegal en contra de mi persona; asimismo, grupos violentos asaltaron mi domicilio. Los golpistas destruyen el Estado de Derecho", alertó.

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El líder golpista Luis Fernando Camacho había ratificado minutos antes que están persiguiendo al dirigente indígena y cocalero que gobernó el país durante más de 10 años. Según su propia cuenta de Twitter, Evo Morales se encontraría en la Provincia del Chapare, una de las 16 provincias en que se divide el departamento de Cochabamba.

Durante el ataque a la democracia boliviana, la presidenta y vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, María Eugenia Choque y Antonio Costas también fueron detenidos por las fuerzas de seguridad que se levantaron contra el Estado de Derecho.

En las últimas horas la vivienda de Evo Morales fue destruida, al igual que en días previos fue incendiada la de su hermana Ester Morales y otros funcionarios y dirigentes del oficialismo. 

Pese a los pronunciamientos de distintos dirigentes internacionales como el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y el presidente electo argentino, Alberto Fernández, entre otros, la ola de violencia en Bolivia todavía no alcanzó su fin.