Después de que El Destape revelara en exclusiva que recibió dinero por parte del programa de protección de testigos para declarar en contra de Amado Boudou, el arrepentido Alejandro Vandenbroele rompió el silencio y reconoció que con esos fondos provistos por la gestión de Mauricio Macri “montó una posada en Mendoza”. Además, admitió que antes de cobrar se reunió con la ex ministra de Seguridad Patricia Bullrich, quien le prometió “protección”.
A 15 días de que se conocieran diferentes documentos en los cual queda detallado como se le hace entrega de $300.000 para su proyecto de hotel “La Masía”, finalmente Vandenbroele hizo declaraciones a diferentes medios. El arrepentido niega la mayoría de las acusaciones, pero hace referencia a que, en realidad, el proyecto “no es un hotel, si no que es una posada”.
En ese sentido agregó que “no puede dar más precisiones” porque está “sujeto al régimen de confidencialidad”. Sin embargo, ante las consultas admitió que "el programa aportó algo de dinero". Las declaraciones de Vandenbroele se dieron a conocer, al mismo tiempo, tanto en Clarín, La Nación e Infobae luego de dos semanas de silencio.
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Más allá de sus comentarios, los documentos revelados por El Destape sostienen que Carlos Linsalata envió una nota a sus superiores, que consta en la foja 515 del legajo, donde pidió $1.500.000 este proyecto laboral. Asimismo, los archivos a los que se accedió se observa como fueron entregados distintas sumas de dinero para, finalmente, acceder al hotel boutique.
Con respecto a su relación con el ex gobierno macrista, el arrepentido negó conocer a Macri y a Marcos Peña, pero aceptó que habló con Bullrich que le afirmó que “se quede tranquilo”. Asimismo, más allá de los documentos que fueron revelados, Vandenbroele insistió con que nadie le pagó para ir en contra de Amado Boudou, sino que, por el contrario, fue un grupo cercano al exvicepresidente para que no declare.
Por otro lado, Vandenbroele se encuentra en Buenos Aires mientras prepara su defensa, ya que tiene que declarar frente al juez Marcelo Martínez de Giorgi. Sin embargo, antes de presentarse aclaró que, en realidad, “no es un hotel, sino que es una posada” lo que tiene en Mendoza.