Todo indica que el próximo ministro de Energía será el ingeniero Sergio Lanziani, quien hoy ocupa esa cartera en la provincia de Misiones. El equipo del misionero está compuesto por varios de los mejores especialistas del país y trabaja en la búsqueda de inversiones para multiplicar la actual producción de energía.
Lanziani, que es amigo de Alberto Fernández desde hace décadas, elaboró un proyecto de largo plazo que fue aprobado por el presidente electo y que generó una extensa reunión con Cristina Kirchner, quien también se entusiasmo con la envergadura del planteo de Lanziani.
El hombre que ocuparía la cartera energética es ingeniero nuclear, es yerbatero como su padre y su abuelo, jugó en la selección de fútbol de Bariloche y viaja a diario en colectivo.
Alberto le indicó que las empresas de Estados Unidos, China, Rusia y la Unión Europea deben competir en igualdad de condiciones. La idea es generar un fuerte ingreso de divisas y profundizar la explotación de hidrocarburos tradicionales y no tradicionales. Para eso trabajan en un proyecto que les dé la seguridad jurídica que las empresas requieren para desembolsar los miles de millones de dólares necesarios.
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Lanziani afirma que la idea es que las empresas puedan exportar a precio internacional e incluso asegurarles las divisas, pero que a la vez deben garantizarle al país el suministro de gas a precios razonables que permita las tarifas más bajas posibles y, si se puede, reducir los subsidios estatales.
El objetivo es en principio no subir los servicios públicos ni los combustibles hasta hacer un estudio profundo de costos.
Las tarifas no volverán a ser tan bajas como fueron hasta 2015. En eso están de acuerdo Alberto y Cristina. Pero serán razonables y habrá una extendida tarifa social.
A la vez se estudia como resolver un dilema nacional: que las subas de combustible no afecten la inflación de manera dramática.
El equipo de energía de Alberto asegura que YPF va a cumplir un rol central en el futuro y que trabajará en tándem con el Ministerio de Energía.