El presidente electo Alberto Fernández confirmó a Mónica Xavier, ex presidenta del Frente Amplio, durante la cumbre del Grupo de Puebla que visitaría pronto Montevideo para formalizar una vez más su apoyo al candidato de la coalición oficialista Daniel Martínez. Finalmente, el próximo Jefe de Estado argentino tocará suelo uruguayo este jueves, a diez días de un ballotage reñido donde la oposición es favorita, y dialogará tanto con el presidente actual Tabaré Vásquez como con el ingeniero y ex director de la petrolera ANCAP Martínez, que pretende ser el reemplazo de Vázquez y el futuro colega vecino de Fernández.
El ex Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner llega a un país cuyo usual debate público moderado parece haber quedado intoxicado con los gases del golpe militar en Bolivia. Uruguay, la llamada Suiza de América, un país donde nadie levanta la voz en el diálogo entre oficialismo y oposición, comienza a registrar en su narrativa doméstica y en su representación institucional los avances de la ola Bolsonaro.
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Precisamente, el tono del debate televisivo entre Daniel Martínez y Luis Lacalle Pou, candidato por el Partido Nacional y apoyado por todos los partidos de la oposición, fue encrespado. Además la sensible coyuntura regional, donde Alberto Fernández plantea una agenda autónoma e integracionista tuvo un protagonismo significativo.
Lacalle Pou, en un evidente mímesis con el discurso macrista que reprocha a Fernández su firmeza frente al Jefe de Estado brasileño, cruzó a Martínez por criticar ciertas conductas del mandatario brasileño que festejó por Twitter la asonada militar contra Evo Morales: "Imprudentemente el candidato de gobierno ha hablado de Bolsonaro. A mí me pueden gustar mucho, poquito o nada los presidentes de la región, pero son nuestros socios”.
La declaración de Lacalle Pou amistosa con el presidente xenófobo y ultraliberal de Brasil no es casual. Uno de los dirigentes que componen la primera línea de su coalición electoral es el General Guido Manini Ríos, que con su formación emergente nacionalista y reivindicatoria del Terrorismo de Estado Cabildo Abierto cosechó un diez por ciento de los votos. “La agitada situación latinoamericana se sigue cruzando en la campaña. Guido Manini Ríos habló sobre Bolivia y sostuvo que las Fuerzas Armadas y la Policía se pusieron del lado del pueblo”, apuntó el columnista Marcelo Pereira del portal La Diaria.
Por otro lado el diario más influyente de Uruguay, el matutino El País, ayer elevó sus usuales quejas contra la coalición frenteamplista con un discurso semejante al que hoy enarbola la élite de Brasil y la oligarquía boliviana: “Lo que pasó en Bolivia es asombroso. Morales ya había violado un referéndum vinculante para apuntar a un nuevo período de gobierno. Este episodio, donde hubo un fraude obvio y ratificado por las organizaciones internacionales presentes, ha sido pintado por el Frente Amplio y sus seguidores como un golpe de Estado. Como un acto de venganza de los ricos contra alguien a quien odian por ser indio, y otras perogrulladas que no tienen ningún asidero en la realidad. ¿Acaso eso importa? Por suerte la gente, al menos en Uruguay, se cansó de todo esto”.
Las últimas encuestas publicadas esta semana coinciden en confirmar un amesetamiento en la intención de voto tanto para Martínez como para Lacalle Pou. A su vez los sondeos ratifican que el candidato blanco es favorito, aunque no con una distancia muy holgada, para el ballotage del 27 de noviembre. Si gana Lacalle Pou todas las futuras administraciones del Cono Sur tendrán un programa de inserción regional distinto al añorado por el dirigente del Frente de Todos.
Esa vecindad sombría tendrá, además, un pico de enemistad mayor cuando el próximo 5 de diciembre Jair Bolsonaro comande una reunión del Mercosur con una agenda aperturista y alineada con los Estados Unidos que implica en los hechos un golpe al andamiaje proteccionista del bloque. El presidente argentino saliente Mauricio Macri confirmó, claro está, su presencia en esa cumbre.