En el marco del comienzo de los lineamientos diplomáticos del nuevo gobierno, el presidente, Alberto Fernández, oficializó la designación de Jorge Argüello como embajador de Argentina en los Estados Unidos. La relación con el país del norte resultará clave para las negociaciones con acreedores internacionales y el FMI.
El Presidente formalizó así un equipo de trabajo permanente en Washington con la misión de coordinar las políticas y acciones en la relación con el gobierno estadounidense. También se aplicarán con las instituciones multilaterales y regionales con sede en ese país: FMI, Banco Mundial, BID, ONU y OEA.
Fernández convocó a la primera reunión al embajador Argüello, un hombre de su extrema confianza, y a los funcionarios designados en los organismos multilaterales de crédito: Sergio Chodos (Director Ejecutivo del Cono Sur ante el FMI), la ex embajadora Cecilia Nahón, (directora Ejecutiva Alterna por Argentina, Chile, Uruguay, Perú, Bolivia y Paraguay en la Junta Directiva del Banco Mundial) y Guillermo Francos, director Ejecutivo por Argentina y Haití en la Junta Directiva del BID.
También participaron del encuentro el canciller, Felipe Solá, y el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Béliz.
Según trascendió, los funcionarios repasaron el estado de la relación bilateral con Estados Unidos; la estrategia a seguir en materia de renegociación de la deuda externa; la situación de la cartera de Argentina en los bancos multilaterales; el análisis de la agenda 2020 en la OEA y en la ONU; y el plan de trabajo de nuestro país camino a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del G20 a realizarse en noviembre en Riad, Arabia Saudita.
La designación oficial se da en un contexto adverso para la región. El Departamento de Estado de la nación comandada por Donald Trump viene de avalar el golpe que derrocó al presidente de Bolivia, Evo Morales. Además, es sabida la posición norteamericana pro opositora en Venezuela, presa de interminables conflictos que hacen debilitan a la administración de Nicolás Maduro.
A contramano de estos dos casos, Estados Unidos no se pronunció sobre el estallido social en Chile, donde el gobierno neoliberal de Sebastián Piñera es denunciado por múltiples violaciones a los derechos humanos. En ese tablero regional deberá insertarse Argentina, que tendrá que afrontar arduas negociaciones con actores importantes del sistema financiero estadounidense.