Después de tres meses del inicio de su gestión, el frente de la Casa Rosada fue vallado provisoriamente, algo que enojó a Alberto Fernández. Inmediatamente, el Presidente ordenó sacarlas y, según trascendió, se habría tratado de un olvido de la Policía.
Según reportó La Nación, fuentes oficiales culparon a la Policía Federal e insistieron en la idea de que durante su gestión no habrá "Plaza de Mayo partida", una medida signada por el macrismo. Tras un acuerdo con el jefe de gobierno. Horacio Rodríguez Larreta, se desmontaron las rejas que rodeaban la plaza.
"En la campaña electoral reclamé que levantaran las rejas que hoy distancian a la Casa Rosada de los argentinos. Muchas gracias por ayudarme a terminar con las divisiones y unir a la Argentina", había agradecido Fernández al jefe de gobierno porteño.
Las fuerzas de seguridad habían establecido la defensa de hierro dispuesta en la Catedral Metropolitana para proteger también a la Casa Rosada, a forma de prevención por la marcha de organizaciones de mujeres por el 8-M. El vallado solo cubría el frente del edificio, y no afectaba la circulación de transeúntes y autos.