Desde la quinta presidencial de Olivos, donde trabaja mientras cumple el aislamiento obligatorio, Alberto Fernández planteó la necesidad de cumplir con la cuarentena para evitar el contagio del coronavirus y aseguró que "se terminó la paciencia" con los que no hacen caso. Aún no definió si se extenderá la medida, pero adelantó que lo analizarán en los próximos días porque la "mayor preocupación es la salud de la gente".
El jefe de Estado contó que tomó la decisión de decretar el aislamiento obligatorio "viendo las experiencias de los otros". Sobre esto sumó: "Si nosotros no paramos en un inicio la posibilidad de contagio, se vuelve exponencial. Si se llega a un punto de crecimiento tan alto que no se puede contener, íbamos a estar en una situación como la de Italia". Si bien aseguró que el Gobierno hizo todo lo que debía hacer, remarcó que los resultados dependerán de los argentinos, "de cómo nos comportamos, nos arriesgamos, podemos ser irresponsables y salir a contagiar a otros".
Por eso, reveló que habló con la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, para ser inflexibles frente a quienes incumplen la cuarentena porque "se terminó la paciencia", así como "se terminaron los especuladores y los sinvergüenzas que remarcan", ya que "no se juega con la vida de la gente". Ante esta situación, destacó que "la inmensa mayoría de los argentinos entendió el riesgo y asumió la responsabilidad de cuidarse y cuidar a los otros".
El contexto de crisis llevó a tomar muchas medidas orientadas a otorgar facilidades a los argentinos. Una de ellas es el congelamiento de alquileres y cuotas hipotecarias, así como la suspensión de desalojos y remates por 180 días, medida que saldrá por decreto entre hoy y mañana, adelantó el Presidente.
Los jubilados también son un sector vulnerable en este marco, sobre todo si la cuarentena se prolonga. Alejandro Vanoli, titular de la ANSES, está trabajando en soluciones para facilitar el cobro de jubilaciones y pensiones.
En consonancia con estas medidas, aseguró que el inicio de clases "puede esperar" porque no van a arriesgarse al contagio de los menores y de los maestros: "Nadie se murió por recibirse un año antes o un año después".
En diálogo con la Tv Pública, el mandatario también se refirió a sus planteos ante el G20, en una reunión virtual que mantuvo esta mañana. Aseguró que "todos se están dando cuenta que estamos en un problema y no se salva nadie" porque "lo que pareció ser un tema del invierno chino terminó siendo un problema del verano sudamericano".
Por eso, aseguró que "todos los líderes europeos hicieron referencia al cuidado que merece África, el continente menos afectado, pero hay que cuidar a todo el mundo". Celebró, como anuncios que le permitieron ser optimista, lo comunicado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que ayer plantearon que los "acreedores privados deben dejar de cobrar intereses a países en deuda, porque no se pueden pagar". En ese contexto, remarcó que la Argentina recibió "300 millones de dólares para gasto social y va a recibir 35 millones más para cuestiones médicas".
Teniendo en cuenta eso y el peso de la economía en la lucha contra el Covid-19, manifestó la necesidad de constituir un Fondo Mundial de Emergencia Humanitaria "que vaya a quienes más lo necesitan". En ese contexto, pidió "socializar en el mundo los elementos necesarios para hacer frente a la pandemia" y poner el foco en países que tienen bloqueos en la región, como Venezuela y Cuba, a los que se les impide la llegada de comida y medicamentos, algo que calificó como "una cuestión humanitaria y no política".
Ante esta crisis, Fernández aseguró que el ser humano tiene la capacidad de aprender de las experiencias y que esta enfermedad deberá generar un cambio y hacer comprender que "un Estado más presente, le da más garantías a los ciudadanos".