El presidente Alberto Fernández aseguró que "no podría vivir en paz" sabiendo que suceden muertes evitables por coronavirus y aseguró que prefiere "tener el 10% más de pobres y no 100 mil muertos en la Argentina".
Tras anunciar la extensión de la cuarentena hasta el 26 de abril, el jefe de Estado advirtió que existirán importantes consecuencias económicas, pero priorizó la vida de miles de argentinos por sobre la crisis. "Prefiero tener el 10% más de pobres y no 100 mil muertos en la Argentina. De la muerte no se vuelve. En cambio, de los problemas económicos, sí", afirmó en una entrevista para el diario Perfil.
Y, justificó: "Siempre pongo el mismo ejemplo. El año anterior a que asumiéramos con Néstor en 2003, la economía había caído 11 puntos, 11% de caída del PBI, 57 puntos de pobreza, 25 puntos de desocupación, y volvimos. Todo eso se puede recuperar, lo que no puedo recuperar es una vida".
El Presidente sostuvo que el enfrentamiento de la posibilidad una crisis económica severa contra las medidas de aislamiento impuestas por el Gobierno es "un dilema falso". En ese sentido, planteó el peligro que existe de contagios en lugares laborales y las consecuencias que eso podría tener para la producción, al tiempo que indicó que "tenemos que salvar la economía, tengo que preservar a la pequeña y mediana empresa y a las grandes empresas también".
"Tengo que preservar a quienes puedan producir y exportar, que produzcan e importen, porque me hacen falta las divisas para comprar respiradores. Todo eso se sigue atendiendo, no lo desatendí nunca. Pero no me pidan que haga de cuenta que no pasa nada, porque acá pasa algo muy grave y no puedo hacerme el distraído frente a eso", apuntó.
Sobre las medidas estrictas de aislamiento que se mantienen desde fines de marzo, Alberto destacó la importancia para disminuir el número de fallecidos e indicó que "no podría vivir en paz sabiendo que ocurren muertes evitables". "No quiero pensar qué sería de mi conciencia si dejara que murieran 40 mil personas. No duermo más, no vivo más en paz. Eso no fue nunca un dilema, nunca dudé de eso", resaltó.
Ante la posibilidad de que, una vez superada la pandemia, los efectos de la crisis económica puedan dañar su imagen pública, el mandatario señaló que es la consecuencia que espera. "No espero hacer todo esto y que crezca la economía. Sé que estoy haciendo todo esto, se estanca la economía. Pero estoy evitando que el estancamiento lleve a la quiebra a alguien, que no se devore la crisis a la clase media, que las clases más pobres se sostengan. Estoy previendo todo eso. Pero pensar que puedo combatir el coronavirus generando una cuarentena que va a durar mes y medio por lo menos, que esto no va a tener consecuencias económicas, es imposible", consideró.
Y advirtió: "Las va a tener, pero hay que entender una serie de datos. Me decía Ginés que el año pasado por gripe común murieron 31.500 personas en Argentina. El problema que nosotros tenemos ahora es que contamos de a una las de coronavirus. A cada muerte, nosotros la sentimos como un hecho muy traumático".
En esa línea, Fernández subrayó que hay que preguntarse cuánto tiempo convivirá el mundo con el coronavirus hasta que exista una vacuna o tratamiento específico. "No sé cuándo vamos a poder volver a darnos la mano. No sé cuándo vamos a poder volver a abrazarnos los argentinos. No solo los argentinos: es algo de todo el mundo", proyectó.
Al tiempo que agregó:"El mundo va a ser otro, va a ser distinto. En ese mundo distinto, uno puede ver que la economía se hizo trizas. Se va a hacer trizas para todos. Pero también es una gran oportunidad. La oportunidad de hacer un mundo más justo, un mundo más legítimo".
"El viernes hablábamos con el Grupo de Puebla. Allí estaba Alicia Bárcena, la directora de CEPAL. Allí yo planteaba esto: tenemos la oportunidad de hacer una economía más solidaria, porque finalmente para qué sirve poseer fortunas que los especuladores hacen crecer en las bolsas de valores, si un virus termina en un minuto con los consumidores y todo vale nada. Es algo sobre lo que tenemos que reflexionar, porque eso demuestra la debilidad del sistema. Después puede venir Donald Trump y meter 200 mil millones de dólares, pero el daño ya está hecho", concluyó.