En su primer discurso de apertura de sesiones ordinarias, el presidente Alberto Fernández mostró un volumen político y una sensibilidad social que lo diferenció largamente de su antecesor. En su presentación del estado de la Nación, el aumento del 71% de la inseguridad alimentaria entre 2015 y 2018 reflejó por si solo el daño que generaron las políticas de Mauricio Macri sobre la población.
Alberto está convencido de que el principal problema que le dejó Cambiemos es la deuda y que ese pasivo se tomó para fugarlo. Por eso, reveló que el Banco Central está trabajando para dar a conocer quiénes fugaron los más de cien mil millones de dólares que se fueron durante el macrismo y quiénes lo permitieron.
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No al ajuste
“No perdamos de vista que no hay peor alternativa que la austeridad fiscal en las recesiones. Más ajuste lleva a más recesión, a menos oportunidades, más pobreza, más desigualdad, más exclusión”. Esa frase del Presidente es una señal a los acreedores, pero también es un anuncio de un camino que, de cumplirse como fue prometido, marca un modelo de país.
“Iniciamos una renovada batalla nacional por el gas y el petróleo. Los hidrocarburos serán una palanca para el desarrollo productivo de nuestro país. Por eso, enviaré a este Congreso un proyecto de Ley para el desarrollo del sector hidrocarburífero y minero que promueva y estimule la inversión nacional e internacional en el sector y facilite el desarrollo de la cadena de valor industrial, tecnológica y de servicios que nos permita crear cientos de miles de empleos directos e indirectos en los próximos años”. Aquí el Presidente da una señal de dónde piensa ir a buscar el crecimiento y las divisas para lanzar un proyecto de crecimiento sustentable. Habrá que leer el proyecto para analizar la ecuación de cuánto da y cuánto recibe el Estado en su relación con las petroleras.
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Pacto social
El anuncio de que se enviará al Congreso un proyecto de ley para la creación del Consejo Económico y Social para el Desarrollo, cuyos miembros deben tener acuerdo del senado, es un guiño a Roberto Lavagna, que había puesto esa condición para presidirlo. El consejo no asegura el desarrollo, pero sin él va a ser difícil diseñar un proyecto sustentable.
Alberto anunció también el fortalecimiento de los mecanismos de defensa del consumidor y aseguró que “no puede ser que sigan aumentando los alimentos con el dólar quieto y las tarifas congeladas. Un buen trabajo en ese sentido puede disminuir abusos y así mejorar el poder adquisitivo general.
El Presidente anunció el ascenso post morten de los tripulantes del ARA San Juan; un proyecto contra la violencia y acoso en el mundo del trabajo; una nueva ley de educación superior; prometió promover la inclusión de los pueblos originarios; el ingreso al Congreso de una reforma de la justicia y, lo mas aclamado del día, la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, con el complemento del Plan de los 1000 días para apoyar a madres y niños. Se trata de nuevos derechos y nuevas formas de convivencia que se desarrollan en varias notas en El Destape.
Un discurso de apertura no define un gobierno, pero marca un rumbo. El de Alberto indica la intención de un proyecto de desarrollo más inclusivo que el de Macri, con una apuesta al diálogo y le negociación como herramienta que habrá que ver andar para evaluar los resultados.