Desde Chaco, en la previa del cierre de campaña, Alberto Fernández brindó un discurso marcado por la esperanza, el proyecto de un gobierno federal y la necesidad de reorientar los recursos económicos del país para levantar la Argentina, al destinar el dinero que se llevan los Bancos para ponerlo en el bolsillo de los ciudadanos.
Como último orador, ya que Domingo Peppo y Jorge Capitanich abrieron el acto, y ante un auditorio colmado, Fernández puntualizó: "Ellos nunca se preguntan con qué le pagamos a los Bancos los intereses que se llevan. Con la plata que hoy le dedican a los Bancos, vamos a levantar a la Argentina".
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Esto será necesario, argumentó, porque "ninguna sociedad que da derechos retrasa", sino que lo hace quien los quita. Por eso, le llevó un mensaje de esperanza a los argentinos y aseguró que el país no está condenado a esta realidad de miseria: "Fuimos una sociedad única en América Latina", dijo al referirse a los próceres del país, la reforma universitaria, el peronismo, el kirchnerismo. Procesos necesarios para la obtención de derechos que fortalecieron la sociedad.
Pero esos derechos se vieron erosionados en estos cuatro años. Por eso, advirtió: "No nos dejan la mejor Argentina, nos dejan una diezmada", pero aseguró que pondrá de pie a la salud pública, que llevará de vuelta las vacunas a los barrios y eliminará enfermedades que volvieron a aparecer en este período.
Una reconstrucción en la que las escuelas serán lo central, porque "el futuro es capacitando, enseñando", por lo que aseguró que pondrán "de pie la educación pública" para que en cualquier parte del país se pueda acceder a una de calidad. El federalismo, como durante toda la campaña, fue uno de los ejes centrales.
De hecho, pidió "dar vuelta una página y empezar a construir otro país más justo, equilibrado, que termine con este espantoso dilema que hace tantos años vive la Argentina, el de una del centro y una periférica". Aseguró que llegó "la hora de que todos los argentinos, cualquiera sea el lugar que habiten, sean tratados como argentinos iguales, con las mismas oportunidades. Se acabó la Argentina privilegiada y la que padece".
Dentro de esa nueva Argentina, pidió construir - entre todos - un país con trabajo formal, con las persianas de las fábricas levantadas, llenas de trabajadores, por lo que aseguró que se ocuparán de levantar las persianas de las fábricas cerradas, llenándolas de trabajadores, porque "nadie que tenga un mínimo de decencia puede ver tanta inequidad y no combatir este presente".
Pero la reconstrucción no sólo será en manos de la clase política, advirtió: "Sepan que el 10 de diciembre vamos a empezar una nueva historia que lleve a todos los argentinos a la casa de Gobierno, porque vamos a defender los derechos de todos. La Argentina federal va a dejar de ser un discurso y va a empezar a ser una realidad".