El próximo mes se cumplirá el primer aniversario de la eliminación de Ministerios clave, como Trabajo, Salud y Cultura, de la mano de Mauricio Macri. El candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, adelantó que éstos volverán a tener el rango que tenían antes del recorte. La industria cultural argentina es central en la economía, con una incidencia fuerte en el Producto Bruto Interno (PBI), creación de puestos de trabajo, entre muchas cualidades que la destacan.
"Seguramente volverá el Ministerio de Cultura. Soy un consumidor de la cultura. El Estado debe darle al creador de la cultura garantías y hacer que sean reconocidos sus derechos. La política tiene que llenar la panza de los argentinos con comida y su alma con cultura”, dijo Fernández a comienzos de esta semana.
Según datos oficiales del Sistema de Información Cultural de la Argentina, en 2018 la actividad cultural disminuyó en un 2,7% respecto del año anterior, como el resto de la economía. Por eso, su peso se mantuvo en los mismos niveles que en 2017 (el 2,57%). En valores corrientes, el año pasado la cultura generó aproximadamente $210.000 millones, en base al análisis de la Cuenta Satélite de Cultura realizado por el INDEC y el SInCA, una pérdida del 2,76% respecto al período anterior.
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Dentro de ese universo, respecto del empleo generado por ese área, se estima que las actividades culturales crearon casi 305.000 puestos de trabajo, equivalentes al 1,5% del total de la economía. La mayor cantidad de puestos corresponde al sector audiovisual, seguido del publicitario, de diseño, libros y publicaciones, contenido digital, patrimonio material, artes escénicas, producción y edición musical, formación cultural y artes plásticas y visuales.
Con un fomento casi nulo y la degradación de Ministerio a Secretaría, la cultura logró mantener los niveles de 2017 aunque no pudo evitar la baja generada por la propia debacle de la economía en 2018. En ese contexto, también el consumo de cultura de los argentinos en un 2%.
¿Qué consumimos cuando consumimos Cultura?
En 2017 se realizó la Encuesta Nacional de Consumos Culturales, que permitió hacer un comparativo respecto de la realizada en 2013 y los datos son interesantes. Respecto a la música, en la Argentina sólo el 2% no desarrolló nunca la costumbre de escucharla. Esto quiere decir que el 98% de la población sí lo hizo. Dentro de los géneros más escuchados están el rock nacional, la cumbia, la música romántica, el pop y el folklore.
Lo que cambió entre una y otra encuesta es la forma de escucharla, ya que en el primer relevamiento sólo un 16% solía acceder a ella de forma online de manera frecuente, mientras que hoy lo hace el 44% de los argentinos, siendo Youtube la plataforma por excelencia seguida de lejos por Spotify. Para escuchar música, los argentinos prefieren el celular pero, muy cerca, le sigue el clásico reproductor de CD, seguido del televisor y la computadora.
En lo que respecta a la radio, la Argentina es un país de alta escucha donde el 70% manifestó escucharla y el 62% aseguró que lo hace desde un aparato tradicional. Sin embargo, la cantidad de oyentes cayó un 17% desde 2013, lo que se explicó, según los análisis oficiales, por una baja en los más jóvenes.
La televisión es otro de los soportes más utilizados. El 95% de la población tiene uno y elige el dispositivo para mirar los canales, muy lejos del uso de la computadora para tal fin. Lo que sí reveló la Encuesta fue que los más jóvenes, entre 12 y 29 años, relacionaron las redes sociales con el consumo de los canales.
La industria editorial, por su parte, registró una importante baja en los cuatro años comparados. Mientras que la lectura en general (libros, diarios, revistas y blogs; en papel o internet) mantuvo valores estables, la lectura de libros experimentó un notable descenso. En efecto, durante 2013 un 57% de la población leyó al menos un libro y en 2017 ese porcentaje bajó al 44%.
Esta baja se vio en todos los niveles socioeconómicos, en el más bajo sólo el 22% leyó al menos un libro y en el más alto el porcentaje subió al 76%. La mayor parte de quienes manifestaron no leer, argumentaron que fue por falta de interés y de tiempo, pero más de un 9% sostuvo que el principal problema era la falta de dinero y el elevado costo de estos materiales.
¿Qué pasa cuando un Ministerio pasa a Secretaría?
Cuando un ministerio pasa a ser secretaría pierde rango jerárquico. Sus titulares no son invitados a las reuniones de Gabinete con el Presidente, a menos que sean ampliadas. Pierden autonomía, lo que redundará en un aumento de la dificultad para tomar decisiones sin consultar con el Ministro.
Además, una secretaría tiene menos peso simbólico que un Ministerio y pierde independencia presupuestaria, ya que depende de los topes que tenga cada cartera y que se trasladarán a los movimientos que pueda hacer el secretario.