Alarma por la espiralización de los abusos policiales frente a presuntas infracciones a la cuarentena

Desde la Coordinadora contra la represión policial e institucional sostienen que "hay diferencias de actuación" de las fuerzas de seguridad. Por lo pronto, el ministerio de Seguridad pasó a disponibilidad a gendarmes que hicieron "bailar" a dos personas que rompieron la cuarentena

26 de marzo, 2020 | 18.42

El aislamiento social, preventivo y obligatorio que dispuso Alberto Fernández exige a las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales llevar control sobre la circulación. Los números del Ministerio que dirige Sabina Frederic confirmaron que, desde que comenzó a regir el decreto, más de 2200 personas fueron imputadas por romper la cuarentena instruída por el Presidente para evitar la propagación del coronavirus.

Como contrapunto a esos controles y a las causas que se generaron a todos aquellos que incumplieron el decreto, durante la semana se conocieron casos de abusos por parte de diferentes fuerzas nacionales y provinciales. La Coordinadora contra la represión policial e institucional (CORREPI) eleva desde el inicio del aislamiento un informe diario sobre estas situaciones. Por ejemplo, en las redes sociales se viralizaron casos en Capital Federal, Corrientes, Provincia de Buenos Aires, entre otros puntos.

En ellos se puede ver como, agentes toman distintas represalias sobre las personas que estaban incumpliendo el DNU. Si bien, sostienen que es “muy difícil cuantificar” porque no se brindan estadísticas, las denuncias crecen todo el tiempo. Al respecto, María del Carmen Verdú, referente de la coordinadora, sostiene a El Destape que una de las cosas que se ve con respecto al accionar policial es “una diferencia de actuación muy marcada entre las zonas populares y las zonas privilegiadas” .

Los ejemplos se repiten. Entre las imágenes que se viralizaron sobre los abusos de las fuerzas se encontró el de los tres gendarmes que, en el Barrio 1-11-14, apuntaban a dos jóvenes y los hacían caminar en cuclillas y con las manos en la nuca. Al respecto de esta situación, el Secretario de Artículación Federal de Seguridad, Gabriel Fuks, confirmó a este medio: “Nosotros tomamos conocimiento del casos y nos movimos inmediatamente. Reaccionamos y pusimos a disposición a los agentes que ahora están separados preventivamente”.

Más allá de esta directiva del Ministerio de Seguridad Nacional, los ejemplos en fuerzas policiales provinciales y municipales se multiplicaron. Durante la semana se conoció el video de un grupo de policiales en Isidro Casanova que obligó a un seis chicos a cantar el himno y a hacer estocadas, flexiones de braos y otras cosas porque estaban violando la cuarentena. Todos ellos fueron desafectados de la fuerza. Caso distinto al de los Policías de la Ciudad que, durante un control, detuvieron a un chico -paciente externo del Borda- y le pegaron un rodillazo mientras intentaba identificarse con su carnet.

Los casos se repiten en distitnos puntos del país no solo en el área metropolitana. Las denuncias de CORREPI alcanzan a diversas situaciones. En La Pampa, por ejemplo, la brutalidad policíaca quedó marcada cuando, según denuncia la coordinadora, un chico fue baleado con balas de goma cuando había salido a comprar pan y tuvo que ser hospitalizado. Por otro lado, el hacinamiento en varias comisarias y destacamentos también se convirtió en una cuestión de preocupación.

Se supo que en dos localidades del interior del país, una en Jujuy, y otra de Corrientes, se implementó una especie de “tranquera” en el que la policía provincial detiene a las personas que no cumplen los DNU. Al respecto, Verdú sostiene: “hay una diferencia de actuación muy marcada entre las zonas populares y las zonas privilegiadas. De la misma manera que es diferente el trato entre una señora con taquitos aguja en Recoleta y un pibite con gorrita y visera de cualquier barrio popular del país”.

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