Frente a un auditorio repleto, la colectiva Actrices Argentinas junto a autoras, escritoras, directoras, técnicas de cine, bailarinas y trabajadoras de otros espacios de la cultura, realizaron este jueves una conferencia de prensa para "visibilizar el acoso sexual" y el maltrato dentro de este ámbito laboral. Alrededor de las 19 horas se inició la actividad en el hotel Bauen, donde además de advertir sobre la situación que padecen las mujeres de la cultura, las actrices denunciaron puntualmente al ex director del Centro Cultural San Martín, Diego Pimentel.
Quien inició la conferencia de prensa fue Laura Azcurra, quien agradeció la presencia de los medios y comenzó a nombrar a las organizaciones que acompañaron a Actrices en la denuncia y las adhesiones entre las cuales se encuentran el colectivo Ni Una Menos, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos y otras 66 organizaciones. “Nosotras, Nosotros y Nosotres: Actrices Argentinas, Asociación de Abogadas Feministas (Abofem), Red de Abogadas Feministas (Raf), Colectiva de Autoras, Musiques Unides en CABA (Mucaba), Musiques Transfeministas del Oeste (Muto), Fieras, Mujeres Audiovisuales (Mua), Estudiantes de Artes Multimediales de la UNA y Bailarinas por la Legalización", enumeró Anahí de la Fuente, entre otras agrupaciones que se unieron "para visibilizar de forma masiva una realidad extendida en todos los ámbitos académicos y laborales: la violencia de género y el acoso sistemático, ejercido desde el abuso de poder”.
Posteriormente fue la actriz Jazmín Stuart, quien se refirió al caso puntual: “Acompañamos en este acto la denuncia penal de Anahí de la Fuente, quien sufrió acoso y maltrato dentro del Centro Cultural San Martín por un directivo que, a su vez, es responsable de una cátedra dentro de la UNA, Universidad Nacional de las Artes”. Se trata de la denuncia que realizó la actriz y comunicadora, quien, tal como anticipó El Destape en su momento, acusó al ex director del CCSM, Diego Pimentel, en marzo pasado.
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En esta oportunidad, el colectivo hace extensivo este reclamo para mujeres en otros ámbitos: “También acompañamos a todas aquellas personas que día a día sufren violencia de género en sus respectivos trabajos y universidades y que todavía no pudieron alzar su voz”. En su lectura, Stuart agregó: “Repudiamos por completo el hecho de que un sujeto que ejerce este tipo de violencias, ocupe cargos jerárquicos en espacios que reúnen la cultura, la educación y el Estado. Y estamos aquí para decir basta. En un país en donde el trabajo es cada vez más inaccesible y precarizado, no podemos desoír las voces de quienes, por la necesidad imperiosa de conservar un puesto laboral, deben soportar día tras día el acoso sexual y la vulneración de sus derechos fundamentales”.
Quien tomó la palabra posteriormente fue Alejandra Flechner: “jefes que creen ser dueños de los cuerpos de sus empleades, manoseándoles, haciendo comentarios sobre su aspecto físico y su vestimenta, insinuándose, persiguiéndoles y castigándoles al menor asomo de rechazo, con gritos y trabajos fuera del horario pautado. Tratándoles de incapaces, rebajándoles, por su género, a realizar tareas no correspondientes y humillándoles públicamente en caso de no cumplir con sus reglas machistas y autoestablecidas”, advirtió y sostuvo: “Cuando la víctima decide hablar, la amenazan de manera encubierta o directa. Cuando la víctima decide denunciar, la dejan sin trabajo como a nuestra compañera Anahí”.
Por su parte, Anabel Cherubito continuó: “Frente a la posibilidad de que algún otre empleado sea testigo y decida acompañar a la víctima, utilizan diferentes métodos de extorsión; con prácticas obvias como: inesperados aumentos de sueldo en un evidente intento de comprar su silencio. Si éstos no aceptan el trato, también son amenazades con dejarles sin empleo”. Con una fuerte crítica continuó: “La mayoría de las veces, este funcionamiento es propiciado por un modo de contratación basura, avalado por el Estado, el cual no asegura la protección de los derechos básicos de les trabajadores”.
Ya en su turno, Malena Sánchez expresó: “La persona acosada, además de soportar el trauma de haber sido arrasada por el descaro de su superior, queda desplazada de su fuente de ingresos y su espacio de pertenencia, mientras el agresor conserva su puesto, protegido por la impunidad de quienes le otorgaron sus privilegios. Es sabido que esto no se limita solo al espacio laboral. En el ámbito académico, existen docentes que acosan a les estudiantes. Con comentarios y acercamientos físicos inapropiados, sometiéndoles a hostigamientos, y poniendo en juego su desempeño como estudiantes y futures profesionales. Esto no se limita a este caso, es una práctica sistemática que no vamos a tolerar más”.
Fue Cecilia Roth en su lectura una de las más críticas al Poder Judicial: “En paralelo, el sistema judicial sigue siendo indiferente frente a los relatos de las personas agredidas, poniéndolas en el banquillo de los acusados, y revictimizándolas, con estándares probatorios que no se adaptan a este tipo de delitos. La mayoría de las veces, los casos son archivados y desestimados. O cuando se elevan a juicio, éstos tardan meses -algunos años-, hasta su ejecución, mientras que las víctimas siguen padeciendo las secuelas de los malos tratos y del desempleo”.
Por su parte, Laura Azcurra agregó: “Planteamos esto con la esperanza de que este criterio se extienda a cualquier ámbito público, y también al privado. Porque sabemos que esto sucede en cualquier espacio de trabajo: comercios, oficinas, fábricas, etc. El sistema debe reinventarse de raíz para garantizar un clima laboral justo y saludable. El trabajo debe dignificar, no humillar. Debe aplicarse un protocolo de género en cada ámbito privado o público y debe ser respetado por cada persona que integre esos espacios”.
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De modo enfático, Julieta Díaz dijo: “Exigimos eliminar las precarización laboral y las contrataciones basura, que dejan a les empleades en estado de vulnerabilidad frente al maltrato, acoso y abuso. Esto es parte de un sistema que atenta contra la integridad física y emocional de las personas”.
La última en la alocución fue Thelma Fardín, quien leyó: "Exigimos la reincorporación de manera urgente de las trabajadoras del Centro Cultural San Martín que fueron removidas de sus puestos por animarse a denunciar. Reclamamos la eliminación del nepotismo como forma de designación de cargos. Queremos concursos transparentes, que además de tener en cuenta la capacidad de oficio de les concursantes, evalúen su criterio respecto de la perspectiva de género. Somos SESENTA organizaciones que decidimos unirnos para poner este tema frente a los ojos de la sociedad. Deseamos que se debata en todos los espacios laborales, y sobre todo, que se instale en la agenda política y mediática, como un tema urgente. Que frente a la denuncia de estos hechos, el sistema proteja a la víctima y no al victimario. Que ninguna persona deba soportar, nunca más, situaciones de acoso, maltrato o abuso para poder vivir de su trabajo. Estamos juntes. No nos callamos más".
El recuerdo de Cinthia Choque
Al finalizar la exposición, desde Actrices Argentinas recordaron a la agente de Tránsito que falleció tras ser atropellada por el periodista Eugenio Veppo.
"Queremos dedicar esta conferencia a Cinthia Choque, agente de Tránsito del Gobierno de la Ciudad, quien tenia 28 años al momento de su asesinato, atropellada en la vía pública en pleno cumplimiento de su trabajo", sostuvo Laura Azcurra.
"La injusta muerte de Cinthia dejó a dos hijas sin madre y su compañero de cuerpo, el agente Santiago Siciliano lucha por su vida, víctima del mismo hecho aberrante. Ambos son parte del cuerpo de Agentes de Tránsito del Gobierno de Buenos Aires sin obra social, sin aguinaldo, sin ART, sin seguro de vida y con un sueldo por debajo de la Canasta Familiar como muchísimos argentinos y argentinas. Cinthia y Santiago no son la excepción. Basta de trabajo precarizado, basta de contratos basura, basta de violencia, basta de silencio. Cinthia Choque presente", finalizó.