Desde que Mauricio Macri expresó su apoyo a abrir el debate del proyecto por la despenalización del aborto se cayó en el error de creer que el Presidente puso el tema en agenda. Sin embargo, la fuerza que tomó es producto de un trabajo constante, largo y profundo de diferentes organizaciones como el movimiento Ni una Menos, de los históricos Encuentros Nacionales de Mujeres, de agrupaciones y referentes del feminismo y de la campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Ese vacío legal que dejó el Estado empujó a muchas mujeres a conformar la Red de Socorristas, una organización que busca dar respuesta a un tema que, atravesado por una infinidad de presiones, siempre quedó afuera de la agenda parlamentaria. Es así como el Socorrismo se convirtió en un lugar de apoyo, educación y cuidado sobre un práctica que el poder no quiere abordar.
La agrupación se extienden por todo el país: Desde la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires hasta provincias como Mendoza, Neuquén, Santa Fe, La Pampa, Córdoba, Chaco, Chubut, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Misiones, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, entre otros.
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"Feministas que abortamos", reza la leyenda de la página, con un dibujo lleno de zapatillas rosas en donde se ofrece información para que las mujeres puedan acceder a un aborto seguro. Las socorristas se inspiraron en feministas de las décadas de los 60' y '70 de países como Italia, Francia y Estados Unidos en donde se iniciaron espacios de asesoramiento y acompañamiento para mujeres que querían practicarse un aborto.
“El acompañar a las mujeres se fue convirtiendo en un modo de activismo que nos hacía bien en términos de activismo feminista de cuerpo a cuerpo, de la acción directa. Empezamos a querer contagiar eso a compañeras de otras provincias con las que veníamos teniendo muchos acercamientos dentro de la campaña por el derecho al aborto”, contó a El Destape Ruth Zurbriggen, integrante y una de las fundadoras de La Revuelta en Neuquén.
La aparición de voces que desconocen del tema y tienen influencia en su tratamiento obstruye el debate. Lo cierto es que el aborto es tratado como un tema tabú, cuando no lo es. Aborta una hermana, una compañera de trabajo, una amiga, una vecina. Pero muchos de esos abortos se pierden en las simulaciones y mentiras en las que se incurren por la miopía de muchos que solo buscan prejuzgar. La maternidad no es un mandato ni una imposición, es una decisión.
Según Ruth, el salto de la red de socorristas se gestó después del Encuentro Nacional de Mujeres de San Juan, donde por primera vez se armó un taller de uso de misoprostol, la pastilla que sirve para abortar y que incluso fue destacada por la propia Organización Mundial de la Salud (OMS). “Lo que nosotras queríamos era generar un dispositivo político que también nos sirviera para cuidarnos entre nosotras, para aprender más”, explicó.
"Queríamos era generar un dispositivo político que también nos sirviera para cuidarnos entre nosotras"
Socorristas en Red surgió en 2012, cuando diferentes colectivos que venían trabajando en el tema se pusieron de acuerdo para organizar una gran reunión en la provincia de Córdoba. Dos años antes habían empezado a trabajar en el tema las activistas de Socorro Rosa en Neuquén. Todavía no se publicaron las cifras oficiales, pero se estima que en 2017 las Socorristas realizaron más de 4.800 acompañamientos y recibieron más de 5900 llamadas solicitando información.
Cuando el socorrismo surgió, sus integrantes lo veían como un “mientras tanto” hasta lograr la legalización del aborto. Sin embargo, la espera sigue vigente y el paso del tiempo ayuda a repensar los vínculos.
En el último año, las Socorristas recibieron casi 6 mil pedidos de información
“Nosotros fuimos reconfigurando nuestra manera de entender el aborto. La experiencia de acompañar a las mujeres nos renueva los argumentos y los sentidos. Buscamos que se generen otras sensibilidades a la hora de pensar el debate donde las mujeres no sean consideradas objetos de decisión de la medicina o de determinados poderes", destacó Ruth.
A través de la capacidad de escuchar, se genera un clima de confianza que une a las asistentes. A veces se forman grupos de whatsapp que sirven de acompañamiento. "Nos podemos tener entre nosotros. El mundo puede ser menos hostil, menos cruel, en una decisión que es importante y a veces es un punto de inflexión”, reflexionó la integrante de La Revuelta, quien estableció que “los encuentros son eventos de resistencia que ensanchan la manera de pensar como feminista”.
Desde tiempos inmemoriales que el mundo está pensado por y para los hombres, y es en ese vacío legal donde 500.000 mujeres abortan por año. En muchos casos son pibas sin recursos a los cuales el sistema las empuja con tanta fuerza que la clandestinidad les termina costando la vida. El debate no debe ser la religión que cada legislador profesa, sus visiones personales o creencias. El debate es que las mujeres se siguen muriendo año tras año mientras se discute eso.
La puerta de acceso al feminismo
Penélope Montecino tenía 25 años cuando decidió abortar. Estaba estudiando en el Instituto de Formación Docente N° 12 en Neuquén, tenía un hijo de un año y medio y convivía con el padre del niño. La presencia de docentes feministas en el Instituto fue la puerta de acceso al mundo del socorrismo.
En octubre de 2015 se enteró que estaba embarazada y decidió acudir a la Red de Socorristas en aquella provincia. El contacto con la agrupación generó tal impacto que apenas unos meses después, en marzo de 2016, decidió unirse al grupo.
“Cuando las contacté no sabía nada de nada. Todo eso lo supe a partir de la conversación con las socorristas de aquel entonces. Sabía que me iban a ayudar”, reveló Penélope, quien desde el primer momento se sintió acompañada.
En un clima agradable, entre mates e intercambio de historias personales, los encuentros se convierten en un espacio de contención. “Una llama con miedo porque no sabe a dónde está llamando. En el encuentro no sabía que me iba a encontrar con más mujeres en la misma situación que yo. Fue un factor sorpresa”, relató.
En los encuentros las socorristas muestran interés en la persona que tienen en frente, y es eso lo que brinda tranquilidad y paz a quienes acuden. A partir de su historia personal, Penélope decidió formar parte de las socorristas y eso se tradujo en su incursión en el feminismo: “Esto que me había pasado lo pude colectivizar una vez que entré a la revuelta”.
“Las injusticias también pasan por el cuerpo. Hay que aprender a romper el estigma. Es un aprendizaje que voy teniendo como socorrista de encontrarme con historias que rompen con el imaginario que hay", concluyó.