A menos de tres semanas de las elecciones generales en Santa Fe, la batalla pasa hoy por moldear el sentido del partido que se juega e influir sobre los electores. El Frente Progresista, desde los más altos referentes hasta los asesores, intenta instalar que es un mano a mano con el peronismo. De la mano de una imagen presidencial muy deteriorada, el candidato de Cambiemos marcha tercero en las encuestas, y el oficialismo provincial pretende beber del "voto útil" antiperonista que teme una victoria del PJ unificado.
No es un escenario imposible que Antonio Bonfatti y Omar Perotti se "coman" los votos que andan sueltos y los de fuerzas que tuvieron baja performance en las primarias. Pero el peronismo lo pone en duda y dice que sigue siendo un panorama de disputa entre las tres fuerzas, que intentan -cada una a su manera- “provincializar” la campaña.
Cambió Cambiemos
La campaña de José Corral en Santa Fe dejó los colores blanco o amarillo que caracteriza las campañas de Cambiemos por el naranja que ha usado el Frente Progresista, cambió la tipografía y la estética. En los nuevos afiches, quitaron la barra multicolor y el nombre de la alianza quedó escondido debajo del emoticón de un brazo haciendo fuerza que inventaron los asesores del intendente de Santa Fe, que buscan despegarlo de la referencia nacional de Mauricio Macri, que a esta altura es un lastre, y provincializar la campaña, al contrario de lo que hizo en la previa de las PASO. Atrás quedaron las sonrisas de 2017.
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Algunos dicen que la estrategia es un suicidio político, ya que Corral por sí mismo mide menos que la marca. En medio de estas deliberaciones, esta semana desembarcó en la provincia Elisa Carrió, que con su tónica habitual advirtió que “Bonfatti y Perotti responderán a Alberto Fernández” (como si descontara una derrota en las presidenciales) y que ambas opciones “suman votos al cristinismo”.
En este marco, desde el socialismo la estrategia es asegurar que el radical sacará menos votos que en las primarias (arañó el 20%) producto de una supuesta polarización entre Omar Perotti (28%) y Antonio Bonfatti (31%). "Está haciendo campaña con lo que puede, a los malabares, sale tercero cómodo", dice una fuente nacional del macrismo. Está claro que, de perder apoyos, éstos tendrían como destino el Frente Progresista antes que el peronismo. ¿Intentarán evitar los votantes cambiemitas un triunfo justicialista, o tratarán de que la distancia con los dos pesos pesados no sea tan grande para mostrar que la marca aún es competitiva?
Alambrar la provincia
Mientras tanto, Perotti sigue haciendo lo que hizo en la campaña para las primarias: una vez que logró el acuerdo con el peronismo y obtuvo el apoyo de su contrincante en la interna María Eugenia Bielsa, se cerró sobre la provincia y no emite opinión sobre la cuestión nacional. No se manifiesta sobre la fórmula Fernández-Fernández, evita las visitas de referentes nacionales y las entrevistas con medios porteños para evitar expedirse sobre el tema. Cuando se le pregunta en la provincia, repite hasta el aburrimiento que “el camino es la unidad, como demostramos en Santa Fe”. No decir nada también es una decisión política.
Mientras tanto, se sigue mostrando con la arquitecta para evitar una fuga de votos al aspirante socialista. Este martes presentaron un libro juntos, en lo que fue la primera aparición en un acto público de ambos luego de la tan ansiada foto que llegó hace 15 días en un bar rosarino. Allí, la rosarina fue cauta y dijo que “es arriesgado decir que una foto traspasa votos”, pero a su vez afirmó: “Yo estoy acá, que es donde quiero estar”. Son fuertes los rumores de que hubo una negociación entre ambos sectores pensando en un posible gobierno. Bielsa no es de regalar nada.
Según un trabajo de Management & Fit, que relevó 800 casos entre el 2 y el 21 de mayo, Perotti aventaja a Bonfatti y logra retener más de la mitad de votos de Bielsa. El candidato peronista llega a 37 puntos según la encuesta, logrando quedarse con el 60% de los votos de la arquitecta. Sólo el 16% de esos sufragios van a parar a Bonfatti, que se queda en 33,3 puntos. Corral queda estancado en 18,8%, que marca menos que los 20 que obtuvo en las PASO, pero dentro del margen de error de +/- 3,5%.
El gran eje del contador sigue siendo la seguridad, y no le molesta que le digan que es una campaña "dura": "Omar dice que es lo que la gente le pide en las recorridas, viene criticando la política de seguridad del socialismo desde 2011", dicen sus colaboradores. Sobre la frase “la paz y el orden” que figura en sus afiches y su posible impacto en electores progresistas, creen que “un slogan no cambia un voto”.
Uno de sus asesores confirma que no hay que esperar cambios en sus expresiones de acá al 16 de junio: "Ya dijo que no iba a hacer una campaña para abril y otra para junio", aduce. La fuente niega que haya una polarización con Bonfatti, y sostiene que Corral se mantendrá en carrera. "Es un escenario de tres fuerzas, no creo que Cambiemos esté muerto, sacó el 20% y tiene una estructura y recursos enormes", opina.
Distintas lecturas
Mientras tanto la Policía, que cuenta con sectores muy disconformes con el trato de las gestiones socialistas con la fuerza, juega su propio partido. En Rosario está haciendo estragos: se multiplican de forma incontrolable los casos de gatillo fácil y abuso policial, las denuncias de vecinos de "zonas liberadas" para el robo hasta en pleno centro y se produce una seguidilla inexplicable de accidentes de tránsito que involucran patrulleros que circulan a alta velocidad, sin sirena ni luces.
Este escenario, que evidencia una preocupante falta de conducción, obviamente perjudica a Bonfatti, en el marco de un duro enfrentamiento público entre la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y su par provincial, Maximiliano Pullaro, quien en un giro inesperado (tenían buena relación) la acusó de criticar al socialismo para beneficiar al peronismo.
En el entorno del candidato del Frente Progresista dicen que hoy está cuatro puntos arriba de Perotti. Mano a mano en Rosario, creciendo en Santa Fe y sacando diferencia en General López, el tercer departamento más poblado, las mediciones les dan 39 por ciento a 35, aunque aclaran que los sondeos "no son propios". Afirman que Cambiemos, en tanto, está desplomado con 12 puntos. "Corral está en una encerrona muy brava", comenta un operador del Frente Progresista, al que pertenecía el intendente de Santa Fe antes de saltar a Cambiemos.
"Pareciera que se polarizó mal la elección", afirma la fuente, que también analizó que será importante el rol del "voto vergüenza" al candidato radical. "No creo que Antonio se ponga gorila para buscar ahí, porque Omar se pasa de rosca solo para espantar a votantes kirchneristas y sectores intelectuales. No dice nada de lo nacional y tiene una campaña muy de derecha. Para los sectores progres es invotable. Es Reutemann", afirma.
Está claro que ambas interpretaciones tan disímiles no pueden ser ciertas al mismo tiempo. Pero cada una es funcional al propio candidato de cada fuerza y su estrategia, por lo que evidentemente se cuelan en las lecturas las expresiones de deseo y las disputas de poder. Quedan menos de 20 días y ya nadie cambiará el libreto. Quien logre instalar su versión correrá con ventaja.
*Nicolás Maggi es corresponsal de El Destape en Santa Fe.