El 65 por ciento de las personas gays, lesbianas y bisexuales cree que visibilizar la orientación sexual en el trabajo sigue siendo un obstáculo, pero sólo el 15 por ciento reconoció haber sido discriminado por esa causa en el ámbito laboral, según un informe difundido hoy por la Federación Argentina LGBT (Falgbt), a cinco años de la sanción de la ley Matrimonio Igualitario.
Esta norma y la de Identidad de Género, sancionadas en 2010 y 2012 respectivamente, no sólo permitieron que se celebraran en el país un gran número de casamientos (que la Falgbt estima en más de 10.000) y 4.000 reconocimientos de identidad de género, también abrieron el surco hacia otros derechos: la salud, la educación y el trabajo.
El informe "Orgullo en el trabajo en Argentina", que según la Federación es "el primero en su tipo a nivel mundial", mostró los avances y los desafíos que hay que enfrentar para una real inclusión del colectivo" durante un encuentro que contó con la presencia del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y representantes de tres centrales obreras, además de legisladores y responsables de organismos que trabajan por la diversidad sexual en Argentina.
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El informe que arrojó esa percepción tan alejada de las denuncias reales de discriminación por orientación sexual se hizo sobre una encuesta a 400 gays, lesbianas y personas bisexuales con empleo. Otra fue la mirada del colectivo trans (travestis, transgénero y transexuales), que "es el que encuentra mayores dificultades en el acceso al trabajo".
La exclusión de sus hogares, dice el documento, "se encadena a su vez con otras exclusiones: la de la escuela, la de otros espacios de socialización, la de oportunidades de formación profesional y por último la del acceso al mercado de trabajo".
En base al mapa de la discriminación del Inadi de 2013, el informe señaló que la orientación sexual y la identidad de género ocupan el quinto lugar en las denuncias después de la discapacidad, la forma de pensar o ideología, el estado de salud y la condición de migrantes. También estaría en quinto lugar en cuanto a la percepción de discriminación después del nivel socioeconómico, el sobrepeso u obesidad, la condición de migrantes y el VIH/SIDA.