“Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir” son nuestras demandas históricas, las que levantamos junto al poderoso movimiento de mujeres en la Ciudad de Buenos Aires, en la Argentina y en el mundo. Y las gritamos con fuerza. Porque los derechos de las mujeres son trascendentes todo el año y más aún en tiempos de campaña electoral.
Niñas y niños tienen derecho a formarse en la escuela con la más amplia libertad, necesitan contar con todos los fundamentos para tomar las mejores decisiones, conscientes y críticas, respecto al cuidado de sus cuerpos, del ejercicio de su sexualidad y de sus derechos. Por eso exigimos educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Pero esto no ocurre: hasta el mismo Gobierno ha debido reconocer que en la Ciudad de Buenos Aires la Educación Sexual Integral se ha implementado de manera "heterogénea". Desde el Frente de Izquierda venimos denunciando la falta de presupuesto y capacitación para garantizar este derecho en todos los niveles y establecimientos educativos. Es toda una ofensa que a casi once años de sancionada la ley 2110/06, que otorga este derecho elemental, en las escuelas siga sin aplicarse.
También reclamamos que el Estado destine el presupuesto necesario para garantizar el reparto efectivo de anticonceptivos gratuitos en todos los centros y hospitales públicos.
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En la Ciudad de Buenos Aires ni siquiera existe el pleno derecho al aborto no punible. Por eso peleamos por que se practique en los hospitales públicos y privados la interrupción legal del embarazo en los casos en que este afecte la salud de la mujer o sea consecuencia de una violación, sin más requisitos que la voluntad de la mujer y en un plazo de cinco días. No queremos obstáculos médicos, burocráticos o judiciales para que se pueda acceder a la prestación.
No queremos ni una sola muerta más. El derecho al aborto legal, seguro y gratuito es un tema de salud pública, grave, urgente, que nos afecta a todos. Porque el aborto realizado de manera clandestina, sin condiciones sanitarias adecuadas, pone en peligro la vida, la salud de las mujeres y da lugar a prácticas diferenciadas según la condición socioeconómica. Los centenares de mujeres que mueren al año por abortos mal practicados son, en su inmensa mayoría, jóvenes y pobres. No queremos que los mandatos de la jerarquía de la Iglesia continúen imponiéndose cruelmente sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Es nuestro derecho.
Soy firmante junto a otros diputados del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo presentado en el Congreso Nacional. Desde el FIT seguimos exigiendo su aprobación, ya que fue presentado seis veces y sigue sin tratarse. En su momento, la negativa de Cristina Kirchner y el acuerdo entre el FpV y el PRO impidieron su tratamiento. En los doce años de Gobierno kirchnerista se impuso una "disciplina de bloque" impartida desde el Ejecutivo que trabó toda posibilidad de que siquiera se trate. El PRO profundizó este derrotero, avanzando aún más sobre nuestros derechos, con ajustes y desmantelamiento de áreas muy sensibles en lo que a protección de derechos refiere.
La agenda de las mujeres está ausente en la campaña electoral. Candidatos y candidatas no se quieren comprometer, evitan el tema y solo aparece esporádicamente. Pero aunque no les guste o les incomode, las mujeres vamos a seguir peleando porque sabemos que nada nos vendrá de arriba, seguiremos afianzando y fortaleciendo nuestra movilización y organización para pelear por cada uno de nuestros derechos. En el Congreso y en la Legislatura, el Frente de Izquierda es una garantía para que esta lucha tenga voz.