A dos semanas de que Federico Llamas rompiera la cuarentena y se fugara al llegar de sus vacaciones en Brasil, la Justicia Federal decidió no devolverle su camioneta y realizar controles sorpresivos para comprobar que cumple con la cuarentena social obligatoria.
Llamas generó el repudio de la sociedad argentina cuando al regresar de sus vacaciones en Brasil discutió con efectivos de la Prefectura Naval y medios de comunicación sobre la Autopista Panamericana y luego se fugó desde el barrio de Flores hasta la localidad costera de Ostende. Tras cumplir los 14 días de cuarentena total para quienes regresaron del exterior, la Justicia resolvió cómo continuará su aislamiento.
El juez a cargo del Juzgado Federal 2 de San Isidro, Lino Mirabelli rechazó un planteo de la defensa de Llamas para recuperar su camioneta Ford Explorer modelo 1995, que le fue secuestrada tras la fuga. Sobre el surfer también pesa un embargo preventivo por $500.000.
Desde mañana, cuando se cumplan los 14 días de cuarentena, se levantará la consigna policial que había frente a la casa del joven durante las 24 horas, sin embargo, podrá ser sometido a controles sorpresa en diversos horarios para chequear que siga en aislamiento.
“Se lo revisó y los médicos informaron que no tiene ningún tipo de síntomas. De todas maneras, hay orden para que la policía chequee en forma sorpresiva y en distintos horarios que Llamas cumpla con el aislamiento social, preventivo y obligatorio”, indicó a la agencia de noticias Télam una fuente vinculada al expediente.
Una vez que culmine la feria judicial y el aislamiento obligatorio, Mirabelli fijará una fecha para indagar a Llamas por la infracción de los artículos 205 y 239 del Código Penal, es decir, por incumplimiento de normas tendientes a evitar la propagación de epidemias y por desobediencia.
Toda la polémica en torno al surfer, a quien el propio presidente Alberto Fernández calificó como un "idiota" por su inconducta, se inició el 24 de marzo por la tarde cuando fue demorado en la autopista Panamericana, a la altura de Martínez, porque circulaba en una camioneta con tablas de surf en el techo. El joven le explicó a los efectivos de la Prefectura Naval que se había ido de vacaciones a Brasil el 8 de marzo con su novia canadiense y que la noche anterior había cruzado manejando al país por la ciudad correntina de Paso de los Libres.
Tras la consulta con el juzgado, se decidió escoltarlo hasta el domicilio que figuraba en su DNI, en el pasaje Fabre al 1100 del barrio porteño de Flores, para que allí realizara cuarentena obligatoria. Pero, según quedó registrado en un video de una cámara de seguridad, apenas los móviles de la Prefectura se alejaron, Llamas arrancó la camioneta y se fue del sitio donde le habían ordenado pasar el aislamiento.
Tras verificar que no estaba en ese domicilio, el juez federal Mirabelli ordenó su captura y dispuso una serie de allanamientos, entre ellos la casa de su padre, en la localidad bonaerense Canning, por donde había pasado luego de fugarse. Finalmente, comenzaron a viralizarse imágenes filmadas con teléfonos celulares de vecinos de Ostende y periodistas locales, que mostraban que el surfer se hallaba en una vivienda de su madre, en la calle Romero al 400 de esa localidad balnearia, donde lo ubicó la policía bonaerense y le notificó que quedaba bajo arresto domiciliario.
En una entrevista televisiva, Llamas negó haber incumplido el aislamiento, explicó que en la Panamericana se negó a firmar el acta porque él consideró que estaba “en tránsito” y explicó que se fue a Ostende porque es la dirección que declaró al ingresar al país y era “la mejor opción”, ya que no podía ir a vivir con su padre de 73 años porque es un paciente cardíaco en riesgo. También dijo que se convirtió en “carne de cañón” para los medios, que se sintió “muy expuesto” y que ahora tiene una causa penal que no sabe cómo va a afectar su “futuro” y sus planes para irse al exterior.