La radarización del espacio aéreo y reforzar la seguridad en las fronteras son las dos prioridades que el presidente electo, Mauricio Macri, le requirió a su futura ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Según informaron a Télam fuentes del entorno de la ya ex diputada -renunció a su banca apenas supo de la sorpresiva designación-, Macri mantuvo "solo dos charlas con ella" antes de que se oficializara la noticia, el miércoles pasado.
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"Al día siguiente del triunfo en el balotaje, Macri citó en un auto a Bullrich y allí le dijo que pensaba en ella para el Ministerio y le dio instrucciones en una breve charla, en estricta reserva. Luego se lo oficializó un rato antes que Marcos Peña informara el gabinete", señalaron desde el PRO, en lo que fue el detrás de escena de uno de los nombramientos más inesperados del nuevo gabinete.
Bullrich ya mantuvo "dos reuniones, una de 3 horas y otra de 2" con la ministra saliente de Seguridad, Cecilia Rodríguez, y ayer hizo lo propio con quien será el titular de esa cartera en la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo.
En el PRO admiten que tal vez sea el de Bullrich el Ministerio más complicado de todos por la complejidad de los desafíos: además de los pedidos del presidente electo, ya está decidido que dividirá la Policía Federal para enviar sus efectivos dedicados al terreno a la órbita porteña, junto a la creación de la fuerza especial de lucha contra el narcotráfico que Macri prometió en campaña.
"Patricia va a traspasar a la Ciudad todas las fuerzas que actúan en la Capital con la partida presupuestaria asignada. Pero luego el financiamiento de esos efectivos será algo que manejará el gobierno porteño con el nacional", aseguraron desde el entorno de la titular de Unión por Todos.
La futura ministra ya decidió que se instalará en la oficina del secretario de Seguridad saliente, Sergio Berni, y no en el despacho de Rodríguez, para estar cerca del monitoreo y control de las fuerzas.
Otra de las metas de Bullrich -que será secundada en el ministerio por Eugenio Burzaco- es en el largo plazo unificar las 24 escuelas de policías del país para que la formación profesional sea más ensamblada.
Bullrich ya recibió el ofrecimiento de ayuda del actual ministro de Seguridad y Justicia de la Ciudad, Guillermo Montenegro, quien hasta la semana del balotaje era considerado por todos como el futuro ministro nacional, aunque viejas desconfianzas con Macri -relativas al caso de espionaje de Ciro James- lo inclinaron por la ex diputada, dejando al ministro michettista sin destino definido (podría ocupar un cargo diplomático en un país del Mercosur).
Luego de 8 años consecutivos de ser diputada -y tenía cuatro por delante al haber sido reelecta-, Bullrich volverá a un cargo ministerial que no tenía desde el gobierno de la Alianza, aunque no es la primera vez que lidiará con el tema: antes de ser ministra de Trabajo, fue jefa del Servicio Penitenciario Nacional.