El desafío es simple. Cada usuario debe subir a su cuenta de alguna de las redes sociales (Facebook, Twitter, e Instagram) una foto de 2009 y, junto a ella, una actual. Y el fin es compartir con el resto de la comunidad tu cambio en la última década. La iniciativa fue suficiente para que millones de personas compartieran el “#10yearschallenge”, el primer viral del año.
Sin embargo, y alejados de una posición snobista que mira de reojo cualquier moda en las redes sociales, los desafíos virales tienen fines un poco menos entretenidos y más parecidos a negociados.
El Destapeconsultó a la periodista politóloga y consultora de comunicación política digital, Natalia Zuazo, quien apuntó que "Facebook está indagando con investigaciones de aprendizaje automático" y explicó que "consiste en aprender de una serie repetida de imágenes para sacar conclusiones y tomar decisiones a partir de eso". En esa línea, sumó: "Lo que muchas veces se presenta como estos juegos y desafíos, en realidad, puede estar encubriendo otras prácticas. En este caso es recabar muchas fotos de personas”.
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Es que el divertido ‘challenge’ que millones de usuarios compartieron en las últimas horas también dio una gran ayuda a empresas como Facebook, Google, y Microsoft: “Quieren entender como envejece una persona. Incluso pueden entender patrones de envejecimiento de personas. Entonces, voluntariamente se le está dando a la empresa todas estas imágenes seriadas a través de un hashtag”.
“Si la empresa quisiera buscar esas imágenes en distintas bases de datos tienen distintas políticas de privacidad con las que acordar. Pero si nosotros mismos le damos esa información voluntariamente, le estas evitando hacer eso, le damos la información en una escala enorme”, argumentó la autora del libro ‘Los dueños de internet’.
Pero la utilización de los datos recopilados por estos ‘hashtags’ también mezclan las redes sociales y la política. En este sentido, en países como Estados Unidos “varias organizaciones de la sociedad civil firmaron una carta en la que le piden a Google, Amazon, y Mycrosoft que considere dejar de venderle a los gobierno toda la tecnología de reconocimiento facial porque se está utilizando para controlar, vigilar personas y hasta para perseguir opositores en otros regímenes”.
“Facebook tiene 2.300 millones de personas conectadas a una plataforma es un gran poder para que un poder del mundo no quiera toda esa información. Los Estados no deberían utilizar esa información privada de las personas, pero a veces sucede con acuerdos por debajo de la mesa”, detalló la directora de la Agencia Salto.
Sin ir muy lejos, en las últimas horas, el Ministerio de Seguridad porteño dejó trascender la iniciativa de utilizar este sistema de reconocimiento facial para tener una base de datos de ladrones y fijar su posible presencia en los andenes. Este tipo de acuerdos ilustra lo advertido por la periodista.
Frente a estos desafíos virales, Zuazo dio recomendaciones a los usuarios y no deja de lado la responsabilidad de estas empresas: “Lo primero es ser conscientes de que esa información está en manos de empresas privadas que toman decisiones privadas, porque cuando llega a manos de un tercero es más difícil de controlar".
Zuazo afirmó qie “no lo compartimos porque seamos tontos sino porque hay un diseño algorítmico de las redes que nos lleva a querer compartir". Asimismo, se refirió a la formación académica del creador de Facebook, Mark Zuckerberg, quien además de ser programador estudió psicología. "Con su equipo entienden el mecanismo que hace que queramos darle la información. Las empresas como Facebook tienen responsabilidad en generar estos mecanismos y obligarnos a nosotros psicológicamente a darle estos datos. Ellos tienen responsabilidad y son parte del problema”, concluyó.