La razón profunda se encuentra en que este 23 de noviembre se vence la ley 26.160 de comunidades indígenas, y todos, los estancieros, los multimillonarios como Benetton y Lewis, amigo del presidente, están relamiéndose con el vencimiento de esa ley que impide el desalojo de las comunidades originarias en todo el país. Por eso, ya desde ahora la Gendarmería tiene ocupado el Lof Campo Maripe, conocido como Vaca Muerta, donde se está haciendo un experimento de fracking que perjudica el suelo, la naturaleza, y contamina el agua de toda una población.
Están envalentonando a la Gendarmería, que desde hace años cumple el rol de reprimir la protesta social, para poder avanzar sobre los pueblos originarios, apropiarse definitivamente de las tierras y avanzar en proyectos mineros, petroleros, de fracking en el sur y por toda la cordillera, y en el norte para profundizar la extensión de la frontera de la soja.
Esto es lo que explica, en última instancia, la enorme persecución que sufren desde hace años las comunidades originarias. Por eso está preso Agustín Santillán en Formosa, por eso está preso Facundo Jones Huala en el sur: porque de fondo lo que se está discutiendo es quién se queda con la tierra, quién se queda con los recursos naturales del país, quién se queda con nuestras vidas.
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Actualmente las comunidades originarias se preparan para pelear por la prórroga de la ley 26.160. Una delegación de todo el país viajará para pedir a los diputados y a los senadores que trabajen con urgencia dicha prórroga. Desde el PTS-Frente de Izquierda ponemos nuestra banca a disposición de dicho reclamo y denunciamos la criminalización y persecución que sufren los pueblos originarios a nivel nacional.
En las antípodas de Bullrich, con otras diputadas presentamos un proyecto para garantizar la propiedad comunitaria de la tierra. Nadie discute la concentración en manos extranjeras y la expoliación de los recursos naturales y bienes comunes que son vitales para la población. Reclamamos aparición con vida de Santiago Maldonado, solidario con esa valiosa causa. Solo la voracidad y la sed de ganancias explican tanta saña de empresarios, Gobierno y fuerzas represivas contra los pueblos que resisten por su fuente de subsistencia y su derecho ancestral. Hay que detenerlos.