"Para nosotros va a ser como unas vacaciones de Pascua", gritaban los yihadistas somalíes burlándose de las víctimas en el atentado que perpetraron ayer en la universidad keniana de Garissa, según narró un superviviente de la matanza que dejó 147 muertos.
Los islamistas somalíes shebab despertaron el jueves a los estudiantes y separaron a los musulmanes de los demás en función de la ropa que llevaban puesta.
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Antes de ejecutar a sangre fría a sus víctimas, se divertían, cuenta Salias Omosa, un superviviente de 20 años.
"No tememos la muerte, para nosotros va a ser como unas vacaciones de Pascua", gritaban en swahili antes de disparar, explicó traumatizado en un campamento militar cercano a la universidad.
Antes de lograr escapar, el joven vio cómo mataban a dos de sus amigos. Los atacantes shebab, afiliados a Al Qaida, iban vestidos con ropa militar.
"He visto muchas cosas, pero nada como esto", afirma Reuben Nyaora, un enfermero que trabaja para la ONG International Rescue Committee (IRC). "Había cuerpos por todas partes que habían sido ejecutados en hilera, vimos a personas a las que les hicieron saltar las cabezas, con heridas de bala, todo ello en medio de un desorden espantoso".
El socorrista trabaja en el gigantesco complejo de campamentos de refugiados somalíes de Dadaab (este de Kenia), cerca de la frontera somalí y a unos 90 km de Garissa. Fue uno de los primeros en llegar al campus para auxiliar a los supervivientes y a los militares heridos en los enfrentamientos con los atacantes.