Uno de los rugbiers de Zona Norte que había estafado a vecinos y amigos por más de u$s 8 millones fue procesado y embargado por ser considerado coautor del "cuento del tío VIP". Ahora intenta entregar a su socio, que está prófugo y a quien señaló como el creador del delito, para que le reduzcan la pena. También son acusados de lavado de dinero.
El Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción nº 41 dictó el procesamiento de Hernan Mancini por considerarlo autor penalmente responsable de la comisión del delito de fraude reiterado en por lo menos 15 oportunidades. Si bien la causa es por un fraude mayor a los 8 millones de dólares, el Juzgado ordenó trabar embargo sobre su dinero y/o bienes hasta cubrir la suma de veinte millones de pesos ($ 20.000.069,67.-), por una trampa en la que habían caído decenas de vecinos, amigos y hasta familiares de Zona Norte.
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En paralelo, el Juzgado ordenó la búsqueda de paradero de su socio, Sebastian Gatti, quien no ha podido ser ubicado para comparecer por los mismos cargos. En su declaración, Mancini inculpó a su ex compañero como el principal responsable e intentó mantenerse ajeno al delito, aunque la Justicia no le creyó y lo consideró también penalmente responsable.
Se trata de dos vecinos de San Isidro que habían sido acusados de armar una sociedad para robarles a conocidos, familiares y amigos con el típico "cuento del tío", pero a gran escala. Según los afectados, se habrían quedado con unos u$s 8 millones por un negocio que nunca realizaron: pedían plata para comprar y vender celulares en Estados Unidos, pero las operaciones quedaron en la nada y el dinero no fue devuelto.
Los acusados eran miembros del exclusivo Club Atlético San Isidro, y les aseguraban a las víctimas, potenciales socios del negocio, que con la compraventa de aparatos móviles en Estados Unidos les darían una rentabilidad mensual alta y en dólares, que al principio cumplían al pie de la letra. De hecho, presentaban información bancaria ficticia, resúmenes de cuentas falsificados, planillas de cálculo, mails y hasta habían constituido varias sociedades en Miami, a donde giraban algunas de sus ganancias o sacaban dinero. En los inicios, devolvían el interés, pero después de juntar varios millones de dólares, y cuando varios inversores empezaron a pedir las utilidades en 2013, la plata desapareció.
Gatti y Mancini son socios y comerciantes registrados en la AFIP desde 2008 bajo el rubro de venta minorista de artículos. El trato que hacían con las víctimas, según el expediente judicial, era comprar lotes vacantes de iPhones y otros celulares de alta gama en EEUU para vender rápido y barato. Por ejemplo, un teléfono Apple último modelo podía costarles u$s 600 por unidad, para venderlo a u$s 630. Todo ocurría en EEUU: los teléfonos no tocaban el país.
Los abogados Emilio Cornejo Costas y Manuel Tessio, del estudio Lisicki, Litvin y Asociados, especialista en delitos económicos, representan a un inversor, que aportó u$s 40 mil. "Era una estafa, a nuestro modo de ver, bien armada de negocios ficticios. No es que les fue mal. Los negocios no se hacían", aseguró Cornejo Costas.
El estafado, uno de los tantos que acudió a la Justicia, detalló cómo era la sociedad por dentro. El hombre, que incluyó la figura de lavado de activos en su presentación, dijo: "A la familia Mancini la conozco de toda la vida. Es básicamente por esta confianza y el respeto que me inspiró el nombre de Mancini, socio de Gatti, que le entregué mis ahorros con el objeto de realizar las inversiones que me proponían". Y agregó: "una vez que nos convencían de las bondades del negocio, no tuvieron escrúpulos en solicitarnos todo el capital que tuviéramos, sabiendo que en muchos casos constituía la totalidad de los ahorros de toda la familia".
La denuncia habla de una firma basada en EEUU llamada Nexus Global, encargada de manejar el dinero y cuentas en bancos como el Harris y el Bank of America. También, menciona a la sociedad que vincula a Gatti y Mancini en suelo argentino, llamada Bayres Trade, conformada según documentos oficiales en el 2008, con el fin declarado de comercializar equipos de ferretería. Dice el denunciante: "según el propio Gatti, habían pagado una multa de alrededor de u$s150.000 al IRS por problemas que venían arrastrando en su anterior compañía, Bayrestrade, la que había tenido fuertes ingresos en EE.UU. nunca declarados. Dicho dinero, siempre en teoría, es el que ellos giraban desde Buenos Aires, vía informal, y luego lo ingresaban a EEUU para el supuesto negocio. Es como consecuencia de los problemas que habían tenido con la Sociedad Bayrestrade, que según Gatti, habían creado GLOBAL NEXUS en febrero de 2013, como una especie de iniciar 'más limpios'".
Pero esa firma, según información del Banco Central, indica un número de 88 cheques rechazados por falta de fondos, la vasta mayoría con fecha de 2013, el comienzo de los problemas de Gatti y Mancini. El monto total: más de 2 millones de pesos.