El presidente Mauricio Macri redobló la apuesta. Durante su gestión no sólo dieron de baja un programa reconocido a nivel mundial como Conectar Igualdad sino que comparó la entrega de computadoras a chicas y chicos de todo el país con dar carne para asado sin tener una parrilla (¡como si no se pudiera hacer asado sin parrilla!).
Conectar Igualdad fue un programa impulsado por el Ministerio de Educación durante la última presidencia de Cristina Fernández. Basado en la Ley Nacional de Educación Nº 26.206 que determina el derecho de enseñar y aprender y el desarrollo de las competencias necesarias para el manejo de los nuevos lenguajes producidos por las Tecnologías de la Información y la Comunicación, entre otras cosas, buscaba dar respuesta a las necesidades actuales y, sobre todo, incluir digitalmente a todas y todos los jóvenes del país. Dar el derecho a tener una computadora y saber usarla (o al menos tener la oportunidad).
“Fue uno de los programas de inclusión digital educativa más grande de la historia a nivel mundial. Me tocó ir encuentros, congresos, charlas y cuando se menciona este programa en otros países te miran y se sorprenden. Es como si hubieses jugado en el Barcelona, recordó Javier Castrillo, ex Coordinador Nacional de Investigación y Desarrollo en Conectar Igualdad.
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El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ) lo distinguió como una de las "20 Buenas Prácticas en Políticas Públicas de Juventud de toda la región de Iberoamérica". Hasta noviembre de 2015 se habían entregado más de 5 millones de computadoras en 11 mil escuelas.
Las afirmaciones del presidente tenían varias inconsistencias. En primer lugar, el programa Conectar Igualdad no ofrecía conectividad a internet. Eso era otro programa: Argentina Conectada. “Las máquinas de Conectar Igualdad estaban preparadas para interactuar entre sí con el servidor escolar. El piso tecnológico que se realizó en cada una de las escuelas permitía que se conecte a internet. En el transcurso de los cinco años esa conexión se hizo dependiendo cada distrito pero todo esto era un paliativo hasta que Argentina Conectada estuviese en todo el país”, explicó Castrillo.
Lo que si tenían las computadoras, hubiese o no hubiese internet en las escuelas, era huayra, un sistema operativo que optimizaba el hardware de estas. A través de esto se podían diseñar planos para construcciones, pasar música, hacer animaciones, cortos o utilizar los miles de contenidos educativos que ofrecía cada una de las ellas. El objetivo en definitiva era software y hardware libre para cada uno de las y los jóvenes y también profesores de las escuelas secundarios (en una primera instancia) y de otros establecimiento públicos del país.
“Muchos creen que una computadora es para usar el power point. No, eso es una mierda. Usá cartulinas para hacer una presentación, es mucho más didáctico. La computadora es para lo que no se puede hacer sin computadora. Descubrir la basura de tu barrio, o el deforestamiento, programar un robot, un videojuego. Eso es inclusión digital. Que faltó, faltó un montón”, remarcó uno de los ideadores de esta política.
Por otro lado, según las afirmaciones del presidente quién no tiene parrilla no podría comer asado.. No solo que se dejaron de entregar computadoras a gran escala, para todas las escuelas del país, sino que también se dio de baja el programa Argentina Conectada. Ni las computadoras, ni internet. En los años de Cambiemos, si tu condición socio-económica no te permite acceder a bienes de consumo esenciales, quedas afuera.
Castrillo da clases en la Universidad Nacional de José C Paz: “Muchos pibes van a la universidad con su computadora de Conectar Igualdad, a mí me hace llorar. Son primera generación de universitarios. Bueno, como yo que terminé la universidad de grande, gracias a Néstor y Cristina”.
Javier también recordó una anécdota que comentaba el ex ministro de Educación, Alberto Sileoni: un pibe que agradeció por la computadora pero que le recordó que se las merecían. En el fondo, las computadoras, no eran más que otorgar más derechos: “Era en clave de derechos. Vos tenes que tener una computadora porque sin una computadora no podes ser un estudiante o un profesional del siglo XXI. Buscábamos la soberanía tecnológica: nuestro hardware, nuestro software. Para que el ciudadano argentino pueda programar los futuros trenes o las futuras emisiones del fútbol para todos”.
En 2015 se entregaron 443 mil computadoras, en 2018 con el programa Aprender Conectados del actual Gobierno menos de 50 mil, según datos del Ministerio de Hacienda publicados por Chequeado. Conectar Igualdad fue un programa de otro país. No era este, era probablemente otro.