El proyecto del Centro comenzó a tomar forma en el año 2006, cuando el entonces presidente Néstor Kirchner, decidió convertir el abandonado edificio con la idea de transformarlo en un icono cultural sin precedentes en el país, con un sentido federal e inclusivo. En 2012, dos años después de su fallecimiento, el Congreso de la Nación decidió que la obra llevara el nombre del ex presidente, en forma de homenaje por haber ideado el proyecto.
El edificio, ubicado en la calle Bouchard 350 del microcentro porteño, cuenta con nueve pisos y tres subsuelos, en donde hay 44 salas de exposición, 6 auditorios, 3 restaurant y 2 miradores. En su interior, se encuentra dividido en dos partes: por un lado, la zona histórica, en donde se realizaron tareas de restauración, conservando los tres imponentes vitrales y el mobiliario de época, y en donde se encontrarán El Salón de Honor, en el segundo piso, y el histórico despacho de Eva Perón, ubicado en el cuarto.
Y por otra parte, se encuentra la zona industrial, cuyas principales obras abarcaron la creación de la Sala de Conciertos, apodada La Ballena Azul por su forma y color, con capacidad para 1.750 personas, así como también de La Cúpula, un espacio desde donde se puede ver toda la ciudad. También se destaca la creación de La Gran Lámpara, una estructura vidriada colgante sostenida desde un entramado de vigas.
Por último, se destaca que ninguna de las intervenciones realizadas dañaron el estilo neoclásico de uno de los edificios más emblemáticos que tiene este país, proyectado por el arquitecto francés Norbert Maillart, inaugurado en 1928, y que hoy, 87 años después será convertido en el Centro Cultural Néstor Kirchner: el más grande de Latinoamerica.
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