El ajustado cepo cambiario fue una de las primeras medidas que tomó el Banco Central de la Nación horas después de la derrota de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales. Más allá de esta directiva, que contuvo el precio del dólar y se mantiene estable oscilando en $63 para la venta, en septiembre pasado se realizó otra directiva que afecta de forma directa a los clubes del fútbol argentino.
Básicamente, las instituciones (principalmente las que pertenecen a la Superliga Argentina, en donde hay más tendencia a manejar moneda extranjera en contratos y demás cuestiones) fueron obligadas a liquidar los montos que perciban en dólares en un plazo no mayor a los cinco días de efectuado. De este modo, tienen que pesificar sus ingresos, por lo que la divisa norteamericana no formaría parte de los "ahorros" de ningún club.
Esto, para los dirigentes del fútbol, es considerado como algo negativo debido a la inestabilidad que el dólar protagonizó durante la gestión del gobierno de Mauricio Macri. Es que la suba de la divisa tiene relación directa con los balances económicos de cada equipo: con los ingresos pesificados, cualquier devaluación de la moneda nacional bajará el patrimonio de los mismos.
De todos modos, la estabilidad que adquirió la moneda extranjera con el cepo también da una cierta sensación de respiro teniendo en cuenta lo impuesto por el Banco Central en septiembre pasado. Pero hay un problema que no se puede soslayar y tiene que ver con el dinero saliente: muchos clubes tienen deudas en dólares.
"Los clubes han contraído deudas en dólares porque podían hacerlo y porque la legislación lo permite. Ahora hay una complicación, el fútbol argentino genera muchos dólares por la venta de los jugadores. Si parte de esos dólares uno los quiere invertir en la contratación de futbolistas extranjeros para potenciar el plantel, va a ser complicado", manifestaron desde Banfield, visiblemente molestos con esta coyuntura, en diálogo con Doble Amarilla.
¿Boca y River? El elenco 'xeneize' piensa que esta situación perjudica a la calidad del fútbol argentino debido a la rápida partida de las jóvenes promesas y las dificultades de incorporar figuras rutilantes en comparación con las facilidades del mercado europeo. Por su parte, en Núñez opinan parecido a su eterno rival: la liquidación obligatoria de la divisa devalúa las arcas de los clubes, y obliga a disminuir la calidad de una liga que siempre corrió de atrás en sentido económico.