Gran Bretaña anunció el jueves que cederá la soberanía de las islas Chagos a Mauricio, como parte de un acuerdo que asegura el futuro de la base militar británico-estadounidense de Diego García, y que también podría allanar el camino para que personas desplazadas hace décadas regresen a sus hogares.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acogió con satisfacción el acuerdo, afirmando que garantizaría el funcionamiento efectivo de Diego García, una base aérea de importancia estratégica en el océano Índico, durante el próximo siglo.
Pero los críticos en Reino Unido afirmaron que se trataba de una capitulación que hacía el juego a China, que mantiene estrechos lazos comerciales con Mauricio. Un grupo que representa a los habitantes desplazados de las islas Chagos expresó su enfado por haber sido excluidos de las conversaciones.
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El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, dijo que el acuerdo resolvía la controvertida soberanía de las islas, el último territorio británico de ultramar en África, mientras que los continuos desafíos legales habían puesto en peligro el futuro a largo plazo de Diego García.
La base, cuya importancia estratégica quedó demostrada durante los conflictos de Irak y Afganistán, donde actuó como plataforma de lanzamiento de bombarderos de largo alcance, estaba ahora garantizada durante al menos 99 años, agregó.
"El acuerdo de hoy (...) reforzará nuestro papel en la salvaguarda de la seguridad mundial", dijo Lammy en un comunicado.
Gran Bretaña, que controla la región desde 1814, separó las islas Chagos en 1965 de Mauricio, una antigua colonia que se independizó tres años después, para crear el Territorio Británico del Océano Índico.
A principios de la década de 1970, Gran Bretaña desalojó a casi 2.000 residentes a Mauricio y las Seychelles para hacer sitio a una base aérea en Diego García, la isla más grande, que había arrendado a Estados Unidos en 1966.
Una resolución no vinculante de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2019 afirmó que Gran Bretaña debía ceder el control del archipiélago tras haber obligado injustamente a la población a abandonarlo.
Sin embargo, destacadas figuras del opositor Partido Conservador británico, que inició las conversaciones cuando estaba en el Gobierno, criticaron el acuerdo.
El portavoz de seguridad conservador, Tom Tugendhat, afirmó que el acuerdo socavaba a los aliados de Gran Bretaña y abría la posibilidad de que China se afianzara militarmente en el océano Índico.
Con información de Reuters