El ejército de EEUU previno varias veces sobre el tiroteo masivo en Maine, según la prensa

31 de octubre, 2023 | 16.21

La Reserva del ejército de Estados Unidos previno en varias ocasiones a la policía de Maine que se iba a "cometer un tiroteo masivo" como el que perpetró Robert Card, el atacante con problemas mentales que la semana pasada causó la peor masacre en lo que va de año en el país, informó hoy el diario The Boston Globe.

Ya desde mayo, la exesposa de Card y su hijo de 18 años informaron al departamento del sheriff del condado de Sagadahoc, en el estado de Maine, que Card sufría paranoia y oía voces y que recientemente había retirado entre 10 y 15 armas que mantenía guardadas en casa de su hermano.

Pero las advertencias más apremiantes procedieron de los compañeros reservistas de Card, de 40 años, que el pasado 25 de octubre por la noche irrumpió en un restaurante y en una local de bowling de la ciudad de Lewiston, matando a 18 personas e hiriendo a 13 más, tras lo cual se suicidó.

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La Reserva del ejército alertó en septiembre al departamento del sheriff que Card sufría una grave enfermedad mental y que uno de sus compañeros reservistas estaba preocupado por que "fuera a estallar y cometer un tiroteo masivo", según documentos obtenidos por el periódico bostoniano.

En julio, la Reserva del ejército lo envió a un centro psiquiátrico en Nueva York donde permaneció dos semanas después de que amenazara con atacar a otros reservistas.

A finales del verano, amenazó específicamente con cometer un tiroteo masivo, según la carta de un oficial anónimo de la Reserva del ejército.

"Va a estallar", va "a cometer un tiroteo masivo", reza una misiva de septiembre firmada por un oficial anónimo, recogió la agencia de noticias AFP.

Pese a las advertencias, el departamento del sheriff no consiguió hablar con Card, un sargento de primera en la reserva, durante dos intentos de establecer el estado de su salud mental.

En la carta, el oficial informaba al departamento del sheriff que Card "oía voces que le decían que era un pederasta" y otros "insultos".

Llegó a pegar un puñetazo a un compañero al que acusaba de llamarle "pederasta" y le amenazó con que tenía "armas y que iba a disparar" contra un centro de instrucción y otros lugares.

"Preferiría pecar de precavido con respecto a Card, ya que es un tirador capaz y, si se propusiera llevar a cabo las amenazas hechas a Hodgson (el compañero reservista), sería capaz de hacerlo", escribió el oficial.

Según Ryan Card, el hermano del atacante, éste habría empezado a tener problemas de paranoia desde principios de año, originados a raíz de sufrir una pérdida de audición.

Card, reservista del Ejército de Estados Unidos, fue hallado muerto en el bosque cerca de Lisbon, que está a unos 12 kilómetros de Lewiston.

Una fuente policial detalló que el cuerpo del sospechoso se encontró cerca del centro de reciclaje del cual lo habían despedido recientemente.

Horas antes, las autoridades encontraron una nota de Card que esencialmente brindaba información e instrucciones a otros sobre dónde se podían encontrar sus cosas y cómo deshacerse de ellas, sugiriendo en última instancia que cuando se encontrara o se leyera ese texto, Card ya no estaría vivo.

Los investigadores registraron el auto de Card y recuperaron un rifle AR15 calibre .308. Otro funcionario dijo que el arma es similar en descripción y calibre a la utilizada en el ataque.

Las autoridades creen que el arma que Card utilizó para perpetrar los tiroteos se compró legalmente pocos días antes de que él fuera internado y se le ordenara someterse a una evaluación psiquiátrica, según múltiples fuentes policiales.

Una fuente del FBI reveló que el Ejército le concedió a Card una "remisión" para buscar tratamiento después de que él le dijera al personal en Camp Smith que había estado "escuchando voces" y había pensado en "herir a otros soldados".

El rifle era un Ruger SFAR con recámara para munición .308 de alta potencia, que es la preferida por los francotiradores militares que disparan a largas distancias y de quienes practican caza mayor. Es más grande y más potente que la munición normal que llevan los rifles de los soldados y los equipos SWAT.

Estados Unidos está pagando un precio muy alto por la proliferación de armas de fuego en su territorio y la facilidad con la que los ciudadanos tienen acceso a ellas, un tema central que incluso mantiene en vilo al presidente Joe Biden.

Excluyendo los suicidios, más de 15.000 personas murieron en el país por la violencia armada desde principios de año, según la organización no gubernamental Archivo de Violencia por Armas.

Con información de Télam