La Policía de Suecia arrestó hoy a cinco personas que ingresaron en la embajada de Irán en Estocolmo en el marco de una concentración frente al edificio, ubicado en el municipio de Lidingo, en las afueras de la capital, en un hecho que esta noche seguía bajo investigación.
Las autoridades indicaron en un comunicado que pusieron en marcha una pesquisa preliminar para esclarecer lo sucedido.
Los cinco sospechosos fueron apresados por un presunto delito de "invasión ilegal grave" de la propiedad, y uno de ellos fue acusado además por "agresión".
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La vocera de la Policía, Nadia Norton, dijo que se desconocía si el personal de la embajada fue víctima de algún ataque.
Asimismo, agregó que la multitud que se congregaba en el exterior del edificio fue desalojada, según varios medios suecos y la agencia de noticias Europa Press.
Las relaciones entre Irán y Suecia se tensaron en los últimos meses después de que Estocolmo confirmara en septiembre que un ciudadano sueco, Johan Floderus, miembro del cuerpo diplomático europeo, se encuentra encarcelado en la prisión de Evin, en Teherán, tras ser acusado de haber espiado para Israel.
Un tribunal sueco condenó en julio de 2022 a cadena perpetua a Hamid Nuri, un antiguo funcionario iraní, por su papel en la ejecución masiva y la tortura de opositores en 1988 en una cárcel de la ciudad de Karaj, situada en los alrededores de Teherán.
Meses atrás, más de 10 personas fueron detenidas por la policía sueca en la ciudad de Malmo, en el sur del país, después de que estallaran violentos disturbios en una protesta en la que se quemó un ejemplar del Corán, el libro sagrado del Islam.
La manifestación fue organizada por el refugiado iraquí Salwan Momika, que ya protagonizó protestas parecidas y desató una ola de indignación en Medio Oriente.
Además de protestas, las profanaciones del Corán provocaron tensiones diplomáticas entre Suecia y algunos países de Medio Oriente.
Estocolmo condena los actos, pero defiende que su Constitución protege la libertad de expresión.
Durante este verano boreal se produjeron en Dinamarca, Países Bajos y Suecia actos de profanación y quema del Corán, autorizados por las policías locales.
La Organización de la Cooperación Islámica y muchos de sus miembros condenaron enérgicamente esas acciones.
A fines de agosto, la vecina Dinamarca -que también fue testigo de una serie de profanaciones públicas del Corán- presentó un proyecto de ley para prohibir la quema del libro sagrado.
Con información de Télam