El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, juró este miércoles su cargo para un segundo mandato en el que su Congreso Nacional Africano (CNA) compartirá el poder con otros partidos tras perder la mayoría por primera vez en 30 años de democracia.
El CNA es un antiguo movimiento de liberación que llegó al poder bajo el liderazgo de Nelson Mandela en las elecciones de 1994, que marcaron el fin del apartheid, y fue imbatible durante mucho tiempo, aunque acabó perdiendo brillo.
Tras unas elecciones parlamentarias celebradas el 29 de mayo en las que ningún partido obtuvo la mayoría, Ramaphosa encabezará un gobierno de unidad nacional con otros cinco partidos, incluido el mayor rival del CNA, la proempresarial Alianza Democrática (AD).
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Aunque los inversores han acogido con satisfacción la inclusión de la AD, que quiere impulsar el crecimiento mediante reformas estructurales y políticas fiscales prudentes, los analistas afirman que las fuertes divisiones ideológicas entre los partidos podrían hacer inestable el gobierno.
Justo antes de las elecciones, Ramaphosa promulgó un proyecto de ley sobre el Seguro Nacional de Salud que, según la AD, podría colapsar un sistema sanitario que se tambalea. No está claro qué pasará con esa ley bajo el nuevo gobierno.
La AD aboga por suprimir el emblemático programa del CNA de empoderamiento económico de los negros, alegando que no ha funcionado, un asunto muy polémico en una nación que se enfrenta a enormes desigualdades, algunas heredadas del apartheid.
Jefes de Estado africanos y dignatarios de países tan lejanos como Cuba, amigo histórico del CNA, se reunieron frente a los Edificios de la Unión en Pretoria, sede del Gobierno sudafricano, para ser testigos de la toma de posesión de Ramaphosa.
La ceremonia, llena de pompa y boato militar, contó con oraciones a cargo de líderes religiosos cristianos, hindúes, musulmanes, judíos y africanos tradicionales, reflejo de la diversidad de la sociedad sudafricana. Helicópteros militares pasaron bajo un sol abrasador con banderas sudafricanas, entre los vítores del público.
(Reporte adicional de Nellie Peyton y Sfundo Parakozov; escrito por Estelle Shirbon; editado en español por Carlos Serrano)