Rusia atacó hoy masivamente varias ciudades ucranianas con misiles y drones que provocaron la muerte de al menos 22 personas y heridas a cientos, mientras que un número indeterminado permanece bajo los escombros, en lo que el mando militar ucraniano describió como uno de los mayores ataques aéreos del Kremlin desde el inicio de la guerra, en febrero de 2022, y que la ONU condenó "en los términos más firmes".
"No habíamos visto tanto rojo en nuestras pantallas desde hacía mucho tiempo", admitió el vocero de la Fuerza Aérea ucraniana, Yuri Ignat, para quien se trató "del ataque con misiles más masivo" de los últimos dos años, a excepción de los que se produjeron los primeros días de la ofensiva rusa.
"Los objetivos aéreos del enemigo estaban en todas partes, en todas direcciones", relató.
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Una apreciación que también fue compartida por el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien señaló que Rusia atacó su país "con casi todo lo que tiene en su arsenal".
De acuerdo con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valeri Zaluzhni, las fuerzas rusas lanzaron 158 proyectiles, entre misiles de distintos tipos y vehículos aéreos no tripulados. No obstante, 87 misiles de crucero y 27 drones fueron neutralizados.
Según el último balance de víctimas comunicado por las autoridades ucranianas, al menos 22 personas murieron y más de 130 resultaron heridas en ciudades como Kiev, donde se han registrado hasta el momento cuatro muertos, y Zaporiyia, donde se han recuperado seis cuerpos.
En la capital, las autoridades ucranianas destacaron que las infraestructuras de los servicios esenciales no resultaron dañadas.
Sin embargo, en un barrio del norte de Kiev se incendió un hangar de 3.000 metros cuadrados, provocando heridas a un número indeterminado de personas, según el jefe de la administración militar de la capital, Serguei Popko.
Según el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, siete personas "están actualmente ingresadas en un hospital" y quedó dañada una estación de metro utilizada como refugio antiaéreo.
Por otro lado, en el distrito de Podilsk se cree que al menos una decena de personas sigue bajo los escombros, mientras que en Dnipro se han reportado cinco muertos y una veintena de heridos.
El gobernador regional, Serhi Lisak, denunció que "el principal impacto" se produjo sobre un centro comercial, si bien otros afectaron a una maternidad.
Por otro lado, se reportaron tres muertos en Jarkov y cuatro en Odesa, donde un inmueble se incendió después de que los restos de un dron abatido impactaran sobre él.
En Lviv, una ciudad en la frontera con Polonia muy lejana del frente, donde los ataques resultaron muy poco habituales en los últimos meses, las autoridades locales reportaron un muerto y tres heridos.
Por su parte, Polonia aseguró haber detectado un objeto volador "que llegó desde la frontera con Ucrania" en el pueblo polaco de Zamosc, en la parte oriental de este país miembro de la OTAN.
"Todo parece indicar que un misil ruso entró en espacio aéreo de Polonia, y luego lo abandonó. Nuestro radar lo registró y nuestros aliados lo han confirmado", informó el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas polacas, Wieslaw Kukula, quien precisó que el proyectil se adentró 40 kilómetros en espacio aéreo del país antes de regresar a Ucrania, según la agencia oficial de noticias polaca PAP.
El presidente de Polonia, Andrzej Duda, mantuvo conversación telefónica con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien le aseguró que la Alianza Atlántica "está observando la situación y se solidariza con su valioso aliado".
El Ministerio de Defensa ruso se limitó a comunicar que "habían alcanzado todos sus objetivos" e indicó que hubo "un bombardeo de envergadura" entre el 23 y el 29 de diciembre contra infraestructuras militares, depósitos de municiones y bases de soldados ucranianos y mercenarios extranjeros, informó la agencia de noticias AFP.
Además, precisó que en la última semana, las Fuerzas Armadas de Ucrania perdieron unos 4.685 efectivos en la zona de combates, informó la agencia de noticias rusa Sputnik.
El ataque tuvo lugar tres días después de que Moscú reconociera que el buque "Novocherkassk" resultó dañado el martes debido a un bombardeo ucraniano en Feodosia, en la anexada península de Crimea.
Esta semana también estuvo marcada por el anuncio por parte del Ejército ucraniano de un repliegue a los suburbios de Marinka, una localidad del este del país que el ejército ruso afirma haber conquistado.
Las autoridades ucranianas aprovecharon la coyuntura para renovar sus críticas hacia la comunidad internacional, que al principio apoyó a Ucrania, pero que en los últimos meses redujo su cooperación a medida que la guerra en la Franja de Gaza entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas se llevaba toda la atención.
"Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que redoble sus esfuerzos para detener el genocidio ruso del pueblo ucraniano. Ninguna conversación sobre 'tregua', 'renuncia temporal de territorios', 'fatiga', 'negociaciones' y otras 'concesiones' detendrá la agresión rusa, sino que solo aumentará la escala", aseveró el ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba.
"Hacemos todo lo que podemos para reforzar nuestro escudo aéreo, pero el mundo debe ver que necesitamos más ayuda y medios para detener este terror", afirmó Andrii Yermak, jefe de la administración presidencial ucraniana, en Telegram.
Estados Unidos anunció el miércoles el desembolso de 250 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania, el último paquete de apoyo disponible para Kiev sin la aprobación del Congreso, donde los republicanos presionan al presidente Joe Biden para que haga cambios en la política migratoria a cambio de aprobar más asistencia para los ucranianos.
La embajadora estadounidense en Kiev, Bridget Brink, reaccionó hoy al bombardeo asegurando que "Ucrania necesita los fondos de ayuda ahora mismo para seguir luchando por la libertad y ante tanto horror en 2024".
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió a Moscú que detenga "inmediatamente" sus ataques.
Los bombardeos de hoy ilustran "la horrible realidad" vivida por los ucranianos, afirmó en X la coordinadora humanitaria de la ONU para Ucrania, Denise Brown, quien denunció "una oleada de ataques llenos de odio".
En tanto, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, condenó los bombardeos de Rusia y aseguró que "la UE está del lado de Ucrania, mientras sea necesario".
Con información de Télam