Israel calibró cuidadosamente su ataque a Irán tras divisiones internas y presión de EEUU

19 de abril, 2024 | 14.23

El aparente ataque de Israel a Irán tras días de vacilación fue pequeño y pareció calibrado para reducir los riesgos de una guerra mayor, aunque el mero hecho de que se produjera rompió un tabú de ataques directos que la república islámica había quebrado días antes.

El gabinete de guerra del primer ministro Benjamin Netanyahu había aprobado inicialmente planes para un ataque el lunes por la noche dentro del territorio iraní para responder con fuerza a los misiles y aviones no tripulados de Irán del sábado, pero se contuvo a último minuto, dijeron tres fuentes con conocimiento de la situación.

Para entonces, dijeron las fuentes, los tres miembros con derecho a voto del gabinete de guerra ya habían descartado la respuesta más drástica: un ataque a lugares estratégicos, incluidas las instalaciones nucleares de Irán, cuya destrucción provocaría casi con toda seguridad un conflicto regional más amplio.

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Ante las divisiones del gabinete y las enérgicas advertencias de los socios, incluidos Estados Unidos y los países del Golfo, de que no se produjera una escalada, y conscientes de la necesidad de mantener a la comunidad internacional de su lado, los planes para devolver el golpe se pospusieron entonces dos veces, dijeron las fuentes.

Dos reuniones del gabinete de guerra también se retrasaron dos veces, dijeron funcionarios del gobierno.

La oficina de Netanyahu no respondió a las peticiones de comentarios para este artículo. Antes del ataque, un portavoz de la Dirección Nacional de Diplomacia Pública del gobierno citó a Netanyahu diciendo que Israel se defendería de la forma que considerara apropiada.

Reuters habló con una docena de fuentes en Israel, Irán y en el Golfo, así como en Estados Unidos, que describieron seis días frenéticos de esfuerzos en el Golfo, Estados Unidos y entre algunos de los planificadores de guerra de Israel para limitar la respuesta al primer ataque directo de Irán contra el Estado judío tras décadas de guerra en las sombras.

La mayoría de las fuentes pidieron no ser identificadas para hablar de asuntos sensibles.

El ataque del viernes parecía tener como objetivo una base de la Fuerza Aérea iraní cerca de la ciudad de Isfahan, en el interior del país y lo suficientemente cerca de las instalaciones nucleares como para enviar un mensaje del alcance de Israel, pero sin usar aviones, misiles balísticos, dañar ningún emplazamiento estratégico ni causar daños importantes.

Irán declaró que sus sistemas de defensa habían derribado tres aviones no tripulados sobre una base cercana a Isfahan, mientras que Israel no dijo nada sobre el incidente. El secretario de Estado Antony Blinken declaró que Estados Unidos no había participado en ninguna operación ofensiva.

Un funcionario iraní dijo a Reuters que había indicios de que los drones fueron lanzados desde dentro de Irán por "infiltrados", lo que podría obviar la necesidad de represalias.

Una fuente familiarizada con las evaluaciones de los servicios de inteligencia occidentales sobre el incidente dijo también que las pruebas iniciales sugerían que Israel lanzó drones desde dentro del territorio iraní. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Teherán no respondió a una solicitud de comentarios.

"Israel trató de calibrar entre la necesidad de responder y el deseo de no entrar en un ciclo de acción y contra-reacción que sólo escalaría sin fin", dijo Itamar Rabinovich, ex embajador israelí en Washington, que describió la situación como una coreografía, la que ambas partes muestran sus intenciones y próximos pasos.

"Hay un gran alivio en toda la región del Golfo. Parece que el ataque fue limitado y proporcionado y causó daños limitados", declaró a Reuters el analista saudí Abdelrahman al-Rashed.

LLAMADA DE ATENCIÓN

La decisión de abstenerse de tomar medidas más amplias e inmediatas esta semana subrayó las presiones contrapuestas que sufre el gobierno de Netanyahu tras los más de 300 aviones no tripulados y misiles balísticos y de crucero disparados por Irán el sábado por la noche.

Dos miembros del gabinete de guerra, Benjamin Gantz y Gadi Eisenkot, ambos ex comandantes de las fuerzas armadas, querían responder de inmediato al bombardeo iraní antes de acordar aplazarlo tras una llamada con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y ante las opiniones divergentes de otros ministros, dijeron dos funcionarios israelíes con conocimiento de la situación.

Un portavoz de Gantz, un centrista que se unió al gobierno de emergencia de Netanyahu tras el ataque de Hamás contra Israel en octubre, no respondió a un pedido de comentarios.

El Departamento de Estado de Estados Unidos declinó hacer comentarios a preguntas sobre la toma de decisiones de Israel. Washington estaba trabajando para rebajar las tensiones, dijo Blinken el viernes. La Casa Blanca no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.

Aryeh Deri, jefe de uno de los partidos ultraortodoxos de la coalición de Netanyahu, que tiene estatuto de observador en el gabinete de guerra y que se ha mostrado receloso de medidas drásticas, se opuso firmemente a un ataque inmediato contra Irán, que a su juicio podría poner en peligro al pueblo de Israel dado el riesgo de escalada, dijo un portavoz de su grupo.

"También deberíamos escuchar a nuestros socios, a nuestros amigos en el mundo. Lo digo claramente: No veo debilidad en hacerlo", declaró Deri al diario "Haderech".

Las opciones de Israel iban desde ataques contra instalaciones estratégicas iraníes, incluidos centros nucleares o bases de la Guardia Revolucionaria, hasta operaciones encubiertas, asesinatos selectivos y ciberataques contra plantas industriales estratégicas e instalaciones nucleares, de acuerdo a analistas y ex funcionarios israelíes.

A los países del Golfo les preocupaba cada vez más que la situación desembocara en "una grave conflagración regional que podría escapar al control o la capacidad de contención de cualquiera", afirmó Abdelaziz al-Sagher, director del Centro de Investigación del Golfo, con sede en Arabia Saudita.

Riad y Emiratos Árabes Unidos habían pedido públicamente la máxima "autocontención" para evitar que la región sufriera una guerra mayor.

Sagher dijo que los países del Golfo habían advertido a Estados Unidos del riesgo de escalada, argumentando que Israel sólo debía llevar a cabo un ataque limitado sin víctimas ni daños significativos que pudieran provocar una represalia mayor.

Este mensaje "fue transmitido enérgicamente" en los últimos días por los jordanos, saudíes y qataríes a través de canales diplomáticos y de seguridad directos, dijo una alta fuente de inteligencia regional.

Los gobiernos de Jordania, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.

El jueves, cuatro fuentes diplomáticas y gubernamentales de la región expresaron su confianza en que la respuesta sería limitada y proporcionada.

Antes del ataque israelí, una fuente regional, que había sido informada de las ideas de Israel, dijo que la respuesta tendría como objetivo minimizar o evitar por completo las bajas y que probablemente tendría como objetivo una base militar.

Según una fuente gubernamental del Golfo conocedora del asunto, el vuelo de cazas F-35 de Israel a Irán o el lanzamiento de misiles desde Israel violarían casi con toda seguridad el espacio aéreo de los países vecinos, lo que enfurecería a los Estados árabes que Netanyahu lleva tiempo tratando de cultivar como aliados estratégicos.

Netanyahu no podría "simplemente hacer volar aviones de combate F-35 por la región y bombardear Irán o sus instalaciones nucleares".

Funcionarios iraníes habían advertido que un ataque israelí de envergadura desencadenaría represalias inmediatas.

Las opciones de Irán para responder incluían cerrar el Estrecho de Ormuz, por el que pasa aproximadamente una quinta parte del petróleo mundial, instar a sus grupos aliados a atacar intereses israelíes o estadounidenses y desplegar misiles no utilizados hasta ahora, dijo un funcionario de Teherán.

Aunque satisfizo a los moderados de Israel en el país, a sus vecinos y a sus socios internacionales, el ataque, cuando se produjo, fue recibido con consternación por los partidarios de la línea dura en el gabinete de Netanyahu.

El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, cuyo partido ultranacionalista es clave en la coalición de Netanyahu, publicó una sola palabra en X: "Débil"

(Información adicional de Reuters, Dan Williams y Andrew MacAskill en Jerusalén, Suleiman Khalidi en Ammán, Humeyra Pamuk, Simon Lewis y Steve Holland en Washington. Editado en español por Javier Leira)